Es hora de cambiar

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 14 de julio de 2025

Después de mucha discusión, Pedro se levantó y se dirigió a ellos: "Hermanos, sabéis que hace algún tiempo Dios hizo una elección entre vosotros para que los gentiles oyeran de mis labios el mensaje del Evangelio y creyeran. Dios, que conoce el corazón, demostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, igual que a nosotros. No discriminó entre ellos y nosotros, pues purificó sus corazones por la fe. Ahora bien, ¿por qué tratáis de probar a Dios poniendo sobre el cuello de los gentiles un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? ¡No! Creemos que nos salvamos por la gracia de nuestro Señor Jesús, igual que ellos".
Hechos 15:7-11


¿Qué tal se te dan los cambios? Cuando algo conocido se pone en entredicho o llega a su fin, ¿cómo respondes? Puede que lo tomes como algo normal, pero te sientas decepcionado por dentro. Tal vez te manifiestes en contra de lo que está cambiando y trates de mantener el statu quo. "Si no está roto, ¿para qué arreglarlo, verdad?". Con práctica, es posible abrazar bien el cambio. Pero a la mayoría de la gente le cuesta acoger lo nuevo si altera su zona de confort. Por eso nos cuesta rendir cuentas ante un nuevo jefe, lidiar con los desvíos durante la temporada de obras o entablar relaciones más allá de nuestro grupo actual de familiares y amigos.

He estado descubriendo muchas cosas al leer el libro de los Hechos este verano. Ya lo había leído antes, pero esta vez me estoy dando cuenta de la cantidad de cambios a los que se enfrentó la iglesia primitiva. ¿Te imaginas a miles de desconocidos acudiendo un domingo al culto? 120 seguidores de Jesús pasaron a ser 3.000 en Hechos 2 y luego 5.000 en Hechos 4. Dios hizo crecer la comunidad añadiendo nuevas personas. Dios hizo crecer la comunidad añadiendo gente nueva de todas las clases sociales CADA DÍA. Es emocionante leer esto, pero si yo tuviera que vivirlo, no estoy seguro de poder manejar tanto cambio. ¿Y tú? Eso es un montón de personalidades, historias, visiones del mundo y opiniones para navegar, especialmente si lo que creen y hacen cuestiona lo que ya he decidido que es mejor.

Puede que no lo sepas, pero el Apóstol Pedro empezó a expandir el mensaje del Evangelio a personas no judías siete años después de que Jesús ascendiera al Cielo. Y 10 años después, la iglesia primitiva seguía luchando por incluir a los gentiles. Tuvo que pasar mucho tiempo para que calara la verdad de que la salvación -para todos y cada uno, independientemente de su educación o etnia- es sólo por gracia mediante la fe en Cristo (Hch. 15:11; Ef. 2:8-9). Este gran cambio tardó mucho tiempo en arraigar en la Iglesia, y aún hoy sigue haciéndolo. Pero sujetar a las personas a preferencias humanas y normas de rendimiento religioso es siempre un error a los ojos de Dios. Y cada vez que me aferro a una lista superficial de éstos por encima de la persona y el camino de Jesús, esa es la señal para mí de que es hora de cambiar.

Próximos pasos

¿Cuándo fue la última vez que conoció a alguien que era nuevo en la iglesia o en la fe cristiana? Si hace tiempo que no lo haces, unirte a un Grupo Arraigado puede ser una gran oportunidad. Conocerás a personas de diversos ámbitos de la vida que están interesadas en lo que significa seguir a Jesús juntos en unidad, no en conformidad.

Si ya has pasado por Arraigados, el Buscador de Grupos Willow puede ayudarte a salir de tu zona de confort y entrar en una comunidad alimentada y formada por la gracia.