Vive

Sherri Shackel-Dorren, redactora voluntaria, Wheaton | 21 de abril de 2025

"Y si Cristo no ha resucitado, entonces tu fe es inútil y sigues siendo culpable de tus pecados."
1 Corintios 15:17 (NLT)

"El Espíritu de Dios, que resucitó a Jesús de entre los muertos, vive en vosotros. Y así como Dios resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, dará vida a vuestros cuerpos mortales por este mismo Espíritu que vive en vosotros."
Romanos 8:11 (NLT)

"Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado."
Juan 17:3


El fin de semana de Pascua de mi primer año en la universidad, mataron a tiros a un chico del piso de mi hermano. Mirando hacia atrás, el momento parece una extraña coincidencia. Yo no lo sabía, pero Dios estaba trabajando para sacar vida de la muerte casi 2000 años después de que lo hiciera con Jesús. 

No entendía cómo Dios podía permitir que ocurriera este horror. Me enfadaba lo invasivos que parecían ser los medios de comunicación. La vida a los 19 años parecía un comienzo, no un final. Si los padres de Ward sentían lo mismo, no lo demostraron. En cambio, mostraron una esperanza y una amabilidad que me asombraron. Hablaron de la fe de su hijo en Jesús y de la vida que estaban seguros que estaba viviendo en el Cielo con Dios. También compartieron cómo esa fe hizo que Ward viviera de manera diferente antes de morir. 

En los meses siguientes, caí en una búsqueda existencial del sentido de la vida. Quería saber si mi vida tenía importancia o si sólo estaba sometida al destino. Recuerdo que encontré un folleto titulado "¿Ha hecho usted el maravilloso descubrimiento de la vida llena del Espíritu?". Y fue allí donde leí Romanos 8:11: "El Espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos vive en vosotros". 

Por primera vez, me di cuenta de que Jesús está tan vivo hoy como cuando resucitó de entre los muertos. Más que eso, Su Espíritu Santo se ha unido misteriosamente a mi espíritu, y podemos vivir mi vida juntos. Ese es el resultado más asombroso de la Resurrección. La muerte de mi amigo aquel día fue horrible, pero Jesucristo la utilizó para llevarme a una nueva vida en Él. Esa es la esperanza que nos cambia la vida a cada uno de nosotros.  

Próximos pasos: 

Dedica algún tiempo a agradecer a Dios que el mismo poder que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vive en ti. Nombra las luchas en las que quieres ver Su poder victorioso en tu vida. Invítale a que te enseñe a vivir más plenamente fortalecido por su Espíritu Santo.  

Considera si hoy vives como si Jesús estuviera vivo en ti y contigo. ¿Qué práctica o recordatorio podrías poner en práctica para aumentar tu conexión diaria con Él?