Porque nos ha nacido un niño,
nos ha sido dado un hijo,
y el gobierno estará sobre sus hombros.
Y se llamará
Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9:6

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A lo largo de la historia, ha habido momentos clave que marcaron un antes y un después y que cambiaron radicalmente la trayectoria prevista de la sociedad. A menudo, recordamos: antes del 11-S, solíamos… antes del smartphone, solíamos… antes de la COVID, solíamos… Estos eventos y situaciones marcan un punto de inflexión, un momento en el que todo cambió, aunque no podamos prever su impacto en su totalidad. Solo el tiempo lo dirá. Pero sabemos que nada volverá a ser igual. 

El momento más grandioso de la historia, "nada volverá a ser igual", comenzó con el más mundano de los acontecimientos: el llanto de un bebé recién nacido, entregado en un lugar desconocido a dos personas comunes. Y, sin embargo, el anuncio de su llegada fue todo menos mundano. Ángeles se aparecieron a pastores marginados, declarando que el momento había llegado: ¡buenas noticias y gran alegría para todos! 

Hoy celebramos la llegada del mayor regalo jamás dado a toda la humanidad: Jesucristo, el Salvador del mundo. 

Al reunirse con familiares y amigos, que puedan sentir la presencia real de Su Espíritu Santo y poseer un gozo incontenible como el de los pastores el día cuando los de afuera fueron declarados de adentro, cuando la esperanza entró en la oscuridad y obtuvimos acceso al Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz.

Próximos pasos

En los próximos días, tómese un tiempo para identificar cómo Dios se ha manifestado en el último año como Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz.