Embajadores del Rey
Mark Pulsifer, escritor voluntario, South Barrington | 26 de diciembre de 2024

Jesús les dijo: «Si Dios fuera su Padre, me amarían, porque he venido de Dios. No he venido por mi propia cuenta; Dios me envió. ¿Por qué no les es claro mi lenguaje? Porque no pueden oír lo que digo. Ustedes pertenecen a su padre, el diablo, y quieren cumplir los deseos de su padre. Él fue un asesino desde el principio, no se apegó a la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla su propia lengua, porque es mentiroso y padre de la mentira.»
Juan 8:42-44 (NVI)
En este pasaje y en varios otros del Nuevo Testamento, Jesús confronta duramente a los líderes religiosos judíos porque no lo aceptaban a él ni a su autoridad como representante único, visible y tangible de Dios en nuestro mundo. Puedo imaginar la indignación de los fariseos, pero Jesús no se rindió. Se tomó la situación muy en serio. Como sus seguidores, también deberíamos hacerlo nosotros.
Sinceramente, me ha llevado años aceptar la autoridad de Jesús, especialmente en dos aspectos clave: que solo Él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie llega al Padre sino por Él. La otra es aceptar su autoridad en mi vida diaria, mis decisiones, mis pensamientos, mis palabras y mis acciones. Es algo en lo que he tenido que crecer. Con los años, he puesto a prueba su autoridad y he observado a otras personas y sus vidas. Él me ha ayudado en mis batallas espirituales y sigue dándole coherencia a mi vida. Ahora no tengo dudas sobre Él ni sobre su autoridad como Rey del Universo. Pero, si yo, como seguidor comprometido que sabe que Él existe, que ha resucitado y gobierna, pude luchar de esta manera, ¿cuánto más difícil será para alguien que nunca ha experimentado su presencia aceptar su autoridad sobre toda la vida?
En 2 Corintios 5:16-21, el apóstol Pablo explica que, como seguidores de Jesús, colaboramos con Dios para reconciliar al mundo con Él. Tener esto presente me llena de humildad cuando me encuentro o hablo con otros que no conocen ni siguen a Jesús. Me hace más sensible a los demás. Tú y yo hemos sido designados como embajadores de Jesús para representarlo en el mundo actual, con la esperanza de ayudar a otros a encontrar la libertad en Jesús de las mentiras del maligno y sus secuaces.
Para ser un embajador genuino y eficaz, debemos vivir y actuar desde un lugar de entrega y aceptación de Su autoridad sobre nuestras vidas y sobre nuestro mundo.
Próximos pasos
Lee 2 Corintios 5:16-21 y luego pídele a Dios que te dé oportunidades sencillas para compartir a Jesús con otra persona, ya sea con palabras o acciones. Quedarás asombrado y encantado, y la otra persona podría estar un paso más cerca de entrar en el Reino de Dios.
Además, ora para que el Espíritu Santo te muestre cualquier área en tu vida donde no hayas aceptado plenamente Su autoridad para que puedas arrepentirte y entregarte más profundamente a Él.