El punto de inflexión de la Iglesia

Stephanie Haugen, Pastora Asociada del Campus, South Barrington | 2 de julio de 2025

Pedro estalló con sus buenas noticias: "Es la verdad de Dios, no hay nada más claro: Dios no tiene favoritos. No importa quién seas ni de dónde vengas: si quieres a Dios y estás dispuesto a hacer lo que Él dice, la puerta está abierta. El Mensaje que envió a los hijos de Israel -que por medio de Jesucristo todo se recompone- lo está haciendo en todas partes, entre todos".
Hechos 10:34-36 (MSG)


Las palabras de Pedro en Hechos 10 marcan uno de los momentos más radicales de la Iglesia primitiva. Hasta ahora, el mensaje de Jesús sólo se había compartido entre el pueblo judío. Pero de repente, el Espíritu de Dios se movía en lugares inesperados que cambiaron el futuro de la iglesia para siempre. (Si esta parte de la Biblia fuera una película, todos estaríamos al borde de nuestros asientos en este momento... ¡así que inclínate y agárrate!)

En versículos anteriores, nos enteramos de un hombre llamado Cornelio, que era un soldado romano. No tenía formación religiosa: no creció citando las Escrituras ni tenía experiencia en las sinagogas. Y como gentil (sin herencia judía ni de la tierra de Israel), podría haber sido considerado un extraño a lo que estaba sucediendo en la iglesia primitiva en casi todos los sentidos. 

Y sin embargo, Dios lo vio

Cornelio temía a Dios, daba generosamente y oraba con sinceridad. Sin un trasfondo religioso formal ni afiliación, había llegado a conocer a Dios y eligió honrarle con su corazón. Y entonces Dios habló directamente a Cornelio -recibió el Espíritu Santo- y le dijo que fuera a buscar a Pedro. 

En el versículo de hoy, aprendemos que cuando Pedro vio al Espíritu Santo caer sobre Cornelio (alguien que era considerado un "forastero"), ese fue el momento en que la iglesia se convirtió en algo totalmente nuevo: un lugar donde tu pasado, herencia o procedencia no determinaban tu acogida en el Reino de Dios. 

Vuelva a leer el párrafo anterior. 

Esto es increíble, ¿verdad? La Biblia nos revela a través de esta historia que Dios tenía una visión más grande para Su iglesia, ¡que nos incluye a todos! La iglesia nunca estuvo destinada a ser un círculo cerrado, sino una familia en expansión, y Dios ha estado construyendo Su iglesia sin fronteras desde entonces. 

Próximos pasos

¿Cómo ves a nuestra iglesia alcanzando a personas de todos los orígenes? ¿Qué nuevo "Cornelio" podría Dios estar pidiéndote que recibas en nuestra iglesia esta temporada?