Ironworker definitivo

Nancy Hatcher, escritora voluntaria, South Barrington | 16 de mayo de 2025

Como el hierro afila al hierro,
así una persona afila a otra.
Proverbios 27:17


Mis padres entraron por la puerta principal después del nacimiento de mi hermana pequeña sin ella -no te preocupes; tuvo que quedarse un tiempo en el hospital en observación-. Mi padre, quizá intentando animar a mi madre, exclamó: "¡Lorrie, mira a Julie! Ya está leyendo". Mi hermana mediana estaba pasando las páginas de un catálogo de Sears, mirando las fotos. Oí en la voz de mi padre: "¡Mira a Julie, Nancy, es taaaan lista!". ¿Y sabes qué? Era muy lista. 

En el instituto se me daba muy bien una cosa, y no era la inteligencia. Me encantaba hacer reír a la gente con mis locuras y mi facilidad para decir las cosas equivocadas en el momento equivocado, sobre todo en el colegio. Se podría decir que me querían por mi rareza, y yo quería que me quisieran.

Pasaron muchos años antes de que confiara en amigos cristianos, o incluso en que Dios me amaba por lo que soy. Me encogía cuando otro seguidor de Cristo me corregía espiritualmente, aunque lo hiciera con amor. 

Pero Dios escribió estas palabras en la Biblia por una razón muy práctica: el hierro afila el hierro. Los cristianos ayudan a otros cristianos a acercarse en su caminar con Jesús.

Jesús no espera que vayamos solos por la vida. Estoy increíblemente agradecida por mis amigas en Cristo, que a veces tienen que ser sabias sabias porque a menudo me cuesta ver a través de la lluvia, el fuego, los terremotos y los tornados de mi vida. Rezamos unas con otras, leemos las Escrituras juntas y nos ayudamos a comprender mejor la verdad de Dios. 

Proverbios es un libro que ofrece consejos bíblicos. Frotar dos hojas de hierro es beneficioso, como cuando se desafilan los cuchillos. Hebreos 4:12 dice que la Palabra de Dios es una espada de doble filo. Nos afilamos el uno al otro para beneficio mutuo, y sí, a veces es sumamente doloroso. 

Hace unas semanas, un amigo de confianza me dijo: "¿Sabes qué, Nancy? Necesitas terapia".  

Está un poco borroso, pero creo que respondí algo así como: "No, no, no quiero". 

Han pasado muchas semanas, y he pasado tiempo reflexionando sobre las palabras que le dije aquel día. Hoy cogeré el teléfono y llamaré a un terapeuta cristiano recomendado, porque necesito otro hierro en mi vida.

Doy gracias a Dios por esos momentos de afilado: Él es nuestro mejor herrero.

Próximos pasos

Espero que desees crecer en comunidad con los demás. Hazte estas preguntas: ¿Es Jesús tu amigo y Señor de tu vida? ¿Qué tal se te da pedir consejo bíblico a amigos de confianza? ¿Estás abierto a la corrección cuando ésta es necesaria? Considera tu respuesta mientras escuchas Qué amigo