¿Amas a tu enemigo?
Kristyn Berry, escritora voluntaria, Crystal Lake | 26 de noviembre de 2024

Si encuentras el buey o el burro de tu enemigo extraviado, devuélvelo. Si ves el burro de alguien que te odia caído bajo su carga, no lo dejes allí; ayúdalo a cargarlo.
Éxodo 23:4-5
Tengo a alguien en mi vida con quien es particularmente difícil estar. Cuando conversamos en privado, me interrumpe y me ignora por completo, o ignora por completo lo que digo. A veces me pregunto si soy invisible o si se da cuenta de que una conversación es recíproca. A menudo me siento agotado después de que estamos juntos porque solemos quejarnos mucho. Para conservar mi energía, aprendí a visualizar una cinta transportadora en mi mente. Cuando hablamos, lo importante y útil se queda en la cinta y lo inútil o las quejas se caen. Es una relación difícil de manejar, y aunque tiendo a evitar a esta persona a menos que sea necesario, debo aprender a manejarla, ya que nuestra situación requiere que trabajemos codo con codo habitualmente. ¿Conoces a alguien similar en tu vida?
El año pasado, pasó por un momento particularmente difícil, uno que no le desearía ni a mi peor enemigo. Aunque desconocía los detalles exactos de la situación, podía notar que estaba distraída y haciendo todo lo posible por seguir con su vida normal mientras navegaba por una crisis personal muy profunda. Un par de veces, vi lágrimas brotar de sus ojos y le pregunté si todo estaba bien. Siempre lo ignoraba hasta que un día, no pudo contenerlo más. Las lágrimas corrían por su rostro mientras detallaba la situación. Al final de la conversación, ambos estábamos llorando. Oré para que Dios me guiara a las palabras adecuadas para ofrecerle consuelo y compasión. Por mucho que solía evitar hablar con ella, sabía que su vulnerabilidad significaba que necesitaba a alguien que la escuchara, orara y estuviera presente con ella. Pude sentir su alivio cuando nos separamos.
A través de esta interacción, recordé que la intención de Dios no es que ignoremos a nuestros enemigos, sino que estemos presentes con quien lo necesite. La intención de Dios es que ayudemos a quienes luchan y que nos sirvamos unos a otros con entrega.
Próximos pasos
Piensa en alguien con quien tengas una relación difícil. ¿Lo has ignorado en momentos de necesidad? Recuerda, cada uno de nosotros recorre su propio camino y no siempre sabemos por lo que están pasando los demás. Ora para que Dios cambie tu corazón y el de ellos. Ora para que se liberen del resentimiento y la ira, y para que los vea con bondad y comprensión como Dios los ve. Ora para que comience la sanación y crezcas en paciencia y humildad, y para que el amor reemplace la amargura.