Pasar el testigo
Anne Dyer, escritora voluntaria, South Barrington | 5 de enero de 2024

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin que alguien les predique? ¿Y cómo predicará alguien si no es enviado? Como está escrito: «¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian la buena nueva!»
Pero no todos los israelitas aceptaron la buena noticia. Porque Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?»
(Romanos 10:14-16 NVI)
¿Has participado alguna vez en una carrera de relevos? Un miembro del equipo lleva el testigo durante una distancia marcada, luego se lo pasa al siguiente, quien lo agarra y corre la distancia, luego se lo pasa al siguiente, y así sucesivamente. El objetivo es llegar a la meta, ¡ojalá como el primer equipo! Disfruto de las carreras de relevos principalmente por el espíritu de equipo: un grupo de personas que trabajan juntas por la misma causa.
Si aceptaste a Jesucristo y decidiste seguirlo, probablemente hayas sentido un deseo ardiente de contárselo a todos tus conocidos. Quizás, como yo, ¡quisiste gritarlo a los cuatro vientos! Sin embargo, el público no siempre es receptivo, ¿verdad? Cuando acepté a Jesús por primera vez, tenía veintitantos años. Sí, crecí asistiendo a clases de religión y a la iglesia, pero esto era muy diferente. Con la amable ayuda de los líderes y miembros de mi grupo pequeño, me enfrenté a la realidad de que tenía que tomar una decisión: vivir con Jesús o vivir solo. Afortunadamente, elegí vivir con Jesús y nunca me he arrepentido.
En mi afán por compartir mi nueva fe con personas que me importaban profundamente, pronto aprendí que no todos sentían lo mismo que yo. Algunos eran escépticos, cautelosos, y otros incluso me excluían a veces. Mentiría si dijera que no me dolió, pero con buenos consejos a mi alrededor, pude levantarme, sacudirme el polvo y apoyarme en el Señor durante esos momentos dolorosos. Nuestro Señor desea que nos unamos a él para compartir la buena nueva con los demás.
Me han dicho que muchas personas necesitan escuchar el evangelio siete veces antes de decidir aceptar a Cristo. Saber esto me ha animado. Es como una carrera de relevos: uno nunca sabe en qué etapa se encuentra. Siento un privilegio compartir mi fe con otros, aun sabiendo que pueden estar escuchando el evangelio la primera, la segunda o incluso la séptima vez. Preguntémonos si estamos pasando el testigo. Quizás algún día, se lo pasemos a alguien listo para cruzar la meta. ¡Qué celebración!
Próximos pasos
- ¿Le has pedido a Jesús que sea el Señor de tu vida? Si no, considera unirte a un grupo pequeño como Rooted . Este es un espacio para aprender y compartir tu camino de fe con otros.
- Considere leer el libro "Hinds Feet on High Places" de Hannah Hurnard. Es un libro con el que es fácil identificarse y rebosa de imágenes.