Se encuentra en el libro de Santiago del Nuevo Testamento. Esta semana nos centramos en el poder de la vida y la muerte que reside en ese pequeño y molesto músculo de nuestra cara: la lengua.
Ella escoge lana y lino, y trabaja con manos diligentes; es como las naves de mercader, que traen su pan de lejos; se levanta cuando aún es de noche, y da pan a su familia, y raciones a sus siervos.