Muchos de nosotros vivimos en un ritmo que nos frustra y nos confunde; estamos desfasados. Sin embargo, si lo permitimos, la Palabra de Dios puede interrumpir nuestros ritmos poco saludables y sintonizarnos con su corazón y sus deseos para nosotros.
En Jeremías 31, Dios presenta una imagen de restauración y sustento tras una época de decadencia, y parte de esa imagen es la restauración del canto en su pueblo. Esta serie explora el poder de la música al examinar seis salmos diferentes a lo largo de seis semanas, abarcando diversos temas.