Cómo colaboran la paz y la justicia

Isaías 9:6-7
Porque un niño nos ha nacido,
se nos ha dado un hijo,
y el gobierno estará sobre sus hombros.
Y se llamará
Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
De la grandeza de su gobierno y de su paz
no tendrá fin.
Reinará en el trono de David
y sobre su reino,
estableciéndolo y sosteniéndolo
con justicia y rectitud
desde entonces y para siempre.
El celo del Señor Todopoderoso
logrará esto.

Siempre he entendido la paz como la ausencia de conflicto, dolor o lucha. Cuando alguien fallece, decimos que esa persona está en paz porque ya no experimenta el dolor de una enfermedad. Cuando estalla una guerra en el mundo, utilizamos las redes sociales para pedir a los demás que recen por la paz y para que cese el conflicto. Cuando alguien tiene que tomar una decisión difícil, le preguntamos si siente paz en la elección que ha hecho. La paz se presenta a menudo como un estado deseable sin tensión, incomodidad o cambio. Esta definición de paz suena tranquila y sosegada. No sé a ti, pero mi experiencia en este mundo me parece caótica la mayor parte del tiempo; la idea de experimentar este tipo de paz suena a ensoñación, no a algo que pueda suceder realmente en mi vida.

Hace poco, tuve una conversación con mi pastor sobre qué es la paz y cómo la paz bíblica es mucho más que una simple ausencia de conflicto. Me explicó que, en su nivel más básico, la palabra hebrea para paz (Shalom) significa completo o entero. Pero cuando exploramos el Antiguo Testamento y los usos de la palabra Shalom, descubrimos su significado más rico. La verdadera paz requiere tomar lo que está roto y restaurarlo a su intención o propósito original; es la plenitud que viene de algo o alguien que es exactamente lo que fue creado para ser. La paz es el estado de plenitud; la idea de que cuando todas las piezas de un todo están en su lugar correcto, el todo es como debería ser: restaurado a su plenitud. Aunque me encantó esta definición, tenía una pregunta para mi pastor: ¿hacer que algo esté completo o correcto no es lo mismo que hacer justicia? ¿En qué se diferencian la paz y la justicia?

Después de investigar un poco más, descubrí que la justicia es cuando trabajamos para eliminar las cosas que provocan la ruptura en nuestro mundo. La justicia es defender a los vulnerables, cambiar las estructuras sociales que perpetúan la violación y defender lo que traerá la plenitud a las vidas de otras personas. La justicia es una forma de vida radical y desinteresada, una forma de vida que lucha contra lo que es malo o injusto. En cierto modo, luchar contra la injusticia es luchar por la paz en las vidas de quienes nos rodean. Ahora entiendo que la justicia es lo que crea el espacio para que exista la paz, y la paz duradera es inalcanzable sin el verdadero trabajo de la justicia. La justicia es la lucha por la restauración, y la paz es la plenitud provocada por esa restauración.

Entonces... ¿qué tiene que ver esto con la Navidad?

El profeta Isaías dio muchos nombres al Mesías venidero, siendo Príncipe de la Paz el último nombre de la lista en el capítulo 9 de Isaías. Es casi como si Jesús, siendo el Príncipe de la Paz, fuera la culminación de sus otros títulos. Isaías continúa diciendo que su paz no tendrá fin; en otras palabras, el reino de Jesús existirá en un estado constante de integridad, sin nada fuera de orden. Y, gracias a nuestra nueva comprensión de la relación entre justicia y paz, cuando Isaías dice que "sostendrá el reino con justicia", reconocemos que se trata de la labor de eliminar lo que está roto o es cómplice de dañar a los vulnerables.

Jesús no es sólo un maestro o un profeta. Jesús es un príncipe con la capacidad y el poder de traer la paz al mundo porque es quien lo creó. Sabe cómo llevarnos a la plenitud porque es nuestro creador, y tiene la autoridad para hacerlo porque es nuestro rey. Jesús, como Príncipe de la Paz, destaca su posición única para promulgar la justicia y traer la paz al mismo tiempo.

Esta semana, mientras hacemos los últimos preparativos para la llegada de la Navidad, recuerda que estamos celebrando algo más que un bebé que viene a quitar los pecados del mundo. Eso es cierto, pero también nos estamos preparando para nuestro Príncipe de la Paz,el que quita los pecados del mundo por su justicia y ofrece paz y plenitud en su presencia y en su reino. Anticipamos la llegada de nuestro Príncipe de la Paz, no para experimentar la ausencia de conflicto o dolor, sino para poder experimentar el mundo y a nosotros mismos como debemos ser, hechos íntegros, limpios de todo mal, y funcionando como fuimos creados.

Paz: Vela del Ángel (Morado)

Esta cuarta semana de Adviento, encendemos la Vela del Ángel que simboliza la paz. Como cantaron los ángeles el día del nacimiento de Jesús: "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a aquellos sobre quienes recae su favor". También nosotros reconocemos y celebramos la paz que sólo viene de Dios.

Oración para encender la vela

Dios, te alabamos por proporcionarnos tu paz a través de tu hijo, Jesús. Gracias por tu presencia entre nosotros y por la paz a la que nos permites acceder. Al encender esta vela, te pedimos que tu paz se haga sentir entre nosotros, y te pedimos que nos utilices para ser agentes de paz en el mundo que nos rodea. Ayúdanos a ver cómo la justicia y la paz trabajan juntas para que el mundo vuelva a alinearse con tu diseño. Amén.

Cirio de Cristo (Blanco)

La única vela blanca de la corona de Adviento es el Cirio de Cristo y representa la pureza de nuestro Salvador sin pecado y la victoria que tenemos en Él. Esta vela se enciende el día de Navidad. Para esta vela, te animamos a ti y a todos los de tu casa a que os turnéis para rezar juntos mientras encendéis la vela compartiendo lo que agradecéis en este día del nacimiento de Jesús.

Escritura:
"El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga piedad de ti; el Señor vuelva su rostro hacia ti y te dé paz". Números 6:24-26

Meditación de oración:
Dios, te alabamos por darnos acceso a tu paz a través de tu presencia. Has hecho tantas cosas por nosotros; nos has bendecido, nos has provisto y has puesto tu atención en nosotros. Gracias por ser amable y gentil al corregirnos y por actuar siempre para nuestro bien. Dios, tú eres la bondad misma, y estamos asombrados de que elijas perseguirnos y amarnos. Te damos gracias por volver tu rostro hacia nosotros, por tenernos presentes y por pensar en nosotros; ¿qué hemos hecho para merecer tanta atención? Tu paz es una bendición, y no podemos imaginarnos la vida sin ella. Amén.

Escritura:
"Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis problemas. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo". Juan 16:33

Meditación de oración:
Dios, hoy nos sentamos con la certeza de que tu presencia es la que nos concede la capacidad de experimentar la verdadera paz. Gracias por entregarte y regalarnos tu paz. Reconocemos que no viniste a eliminar todo el dolor y el sufrimiento de nuestras vidas; creaste un camino para que experimentáramos tu presencia y tu paz incluso en medio de nuestros problemas. Te alabamos por superar todas las dificultades, incluso la muerte misma, para darnos una salida a los problemas que encontramos. Incluso ahora, Dios, permítenos ser más conscientes de tu presencia y de cómo nos concedes la paz y la esperanza de una paz continua a través de tu resurrección. Te amamos, Amén.

Salsa casera y patatas fritas

¿Vas a casa de un amigo o familiar en Nochebuena o Nochevieja? Prueba esta idea de salsa y patatas fritas como regalo para el anfitrión o la anfitriona. Puedes utilizar las bolsas de celofán y la cinta que te sobren de tus aventuras con las galletas y puedes conseguir tarros de cristal en tu tienda de comestibles o pedirlos por Internet aquí.