Festo, deseoso de hacer un favor a los judíos, dijo a Pablo: "¿Estás dispuesto a subir a Jerusalén y ser juzgado allí ante mí por estos cargos?".

Pablo respondió: "Ahora estoy ante el tribunal del César, donde debo ser juzgado. No he hecho ningún mal a los judíos, como tú mismo sabes muy bien. Pero si soy culpable de algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero si los cargos que me imputan esos judíos no son ciertos, nadie tiene derecho a entregarme a ellos. Apelo al César".

Después de que Festo hubo consultado con su consejo, declaró: "Has apelado al César. Al César irás".
Hechos 25:9-12

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Las redes sociales reciben críticas contradictorias. A algunos les gustan. A otros no. En mi experiencia, es una forma estupenda de compartir información con familiares y amigos que viven lejos. Es útil para cualquiera que quiera promocionar y construir un negocio o hacer llegar su mensaje al mundo. También es una forma fácil de ponerse al día sobre noticias, música, política, humor y mucho más. Pero las redes sociales, como todo lo neutro que se usa mal o de lo que se abusa, también tienen un lado oscuro. Lo que se dice hoy puede pasar de largo y volverse tóxico en un instante. Cuando eso ocurre, es tentador lanzarse al fuego en lugar de refugiarse del fuego cruzado.

Imagina leer este titular en Instagram o X: "El pastor Paul injustamente juzgado, se enfrenta a la extradición". Si sigues a Jesús, tu instinto responde de una manera. Si no lo haces, pero tienes una opinión sobre la creciente iglesia cristiana, tu instinto responde de otra manera. Ahora es tu elección: seguir desplazándote o unirte a los comentarios. Esta es precisamente la encrucijada a la que se enfrentaba Festo, el nuevo gobernador romano de Judea. Tenía en sus manos el destino de un ciudadano romano. ¿Debía Pablo, un hombre inocente, ser enviado a Jerusalén y probablemente asesinado o recibir la oportunidad de un juicio más justo bajo el César? Mientras los comentarios del público seguían llegando, Festo tenía que tomar una decisión que cambiaría su vida. Me resulta difícil digerir la tensión de toda esta situación, sobre todo para Pablo y el futuro de los seguidores de Cristo en todo el mundo.

Aún no he descifrado el código, pero creo que hay un modo de ser más valiente cuando me llegan comentarios críticos, tanto en línea como en persona. Aprecio que Festo protegiera audazmente a Pablo del fuego cruzado concediendo su apelación. Y Pablo tampoco cedió ante las presiones de la opinión popular. Con la injusticia a su alrededor, los propósitos de Dios prevalecieron porque la gente eligió lo que era mejor en lugar de echar leña al fuego de los comentarios. En lugar de sacar conclusiones precipitadas y juzgar quién tiene razón y quién no, Festo y la situación de Pablo me desafían a buscar la sabiduría, el discernimiento y la fortaleza de Dios antes de decir nada.

Próximos pasos

Reflexione sobre la situación de Festo, Pablo, los dirigentes judíos y la Iglesia primitiva. A continuación, responde a las siguientes preguntas:

Mientras buscas a diario la sabiduría, el discernimiento y la fortaleza de Dios, ¿cómo puedes ayudar a proporcionar refugio del fuego cruzado a alguien en lugar de dejar que tu instinto se ponga del lado de la opinión pública?

Ya sea en Internet o en conversaciones cara a cara, ¿sueles comentar rápidamente los titulares del día o los dejas pasar?

¿Cuándo se siente más tentado a emitir un juicio precipitado sobre alguien o alguna situación?