Alegría y fuerza

Stephanie Haugen, Pastora Asociada del Campus, South Barrington | 14 de agosto de 2025

El Señor es mi fuerza y mi escudo;
    mi corazón confía en él, y él me ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
    y con mi canto lo alabo.
Salmo 28:7

Para esta serie, estamos haciendo algo muy divertido con nuestros devocionales. Así como damos la bienvenida a algunos de nuestros pastores y maestros favoritos de años pasados los domingos por la mañana, ¡vamos a "dar la bienvenida" a los devocionales de los últimos años! Esperamos que disfrutes de estas publicaciones que obtuvieron una respuesta muy sincera cuando llegaron por primera vez a tu bandeja de entrada y a la aplicación de Willow.

Esta semana hemos hablado mucho de la alegría y de cómo la alegría y la felicidad a menudo se utilizan indistintamente. Pero sabemos que hay una gran diferencia entre ellas. La felicidad es una emoción que se experimenta en el momento y que es maravillosa, pero también es temporal: cuando comes un bocado de tu pastel favorito, cuando consigues la plaza de aparcamiento más cercana a la entrada del supermercado o cuando te das cuenta de que todas las luces de Navidad del año pasado siguen funcionando.  

La alegría, sin embargo, es duradera y es un estado del ser. Aunque la vida puede ser muy dura, llena de frustraciones y desafíos, no tiene por qué robarte la alegría. La alegría viene de dentro, y la mayor alegría de todas viene de aquellos que tienen esperanza.

Nunca olvidaré cuando acompañé a mi madre a una de sus citas de quimioterapia en el hospital, donde tenía que estar sentada durante horas para recibir el tratamiento. Era evidente que no se sentía feliz de estar allí, pero la vi relacionarse amablemente con las enfermeras, con los demás pacientes y conmigo. Mi mamá estaba físicamente dolorida y emocionalmente agotada, y sin embargo tenía una alegría interior y una fuerza única que la distinguían de otras personas en la misma situación. Mi madre conoce a Jesús y tiene la promesa del cielo, y era obvio que se apoyaba en algo más que en sus emociones del momento en un momento tan difícil.  

Nuestra Escritura de hoy nos recuerda que Dios es nuestra fuerza, y que cuando confiamos en Él, la alegría abunda. Yo vi esto en mi mamá mientras ella caminaba a través de este tiempo verdaderamente difícil. 

No importa cuáles sean sus circunstancias en esta temporada, ¡aliéntese sabiendo que Dios está con usted! Pídele que te ayude a encontrar la alegría que proviene de Su fuerza para que puedas enfrentar el día de hoy. Agradece a Dios por lo que ha hecho, pídele que permanezca en el centro de tu vida, y puedes estar seguro de que Su gozo y fortaleza te seguirán.

Próximos pasos

Verás la palabra "ALEGRÍA" constantemente este mes: escrita en una sudadera, grabada en un adorno, en el lateral de un camión de reparto: cuando veas la sencilla palabra, recuerda que es algo grande e impactante: es más que felicidad. Reza para que puedas mostrar a los demás de dónde viene tu alegría. 

¿Quién es la persona más alegre que conoces? Envíale una nota para recordarle cuánto la ama Dios. Comparte con ellos que te das cuenta de su alegría, y que eso da esperanza a la gente.