Algunos judíos que iban por ahí expulsando espíritus malignos trataban de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los endemoniados. Decían: "En el nombre del Jesús que predica Pablo, te ordeno que salgas". Siete hijos de Esceva, un sumo sacerdote judío, hacían esto. Un día el espíritu maligno les contestó: "A Jesús lo conozco, y a Pablo también, pero ¿quién eres tú?". Entonces el hombre que tenía el espíritu maligno saltó sobre ellos y los dominó a todos. Les dio tal paliza que salieron corriendo de la casa desnudos y sangrando.
Hechos 19:13-16

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¿Has leído ya el pasaje de las Escrituras de hoy? Si no es así, no sigas leyendo hasta que lo hagas. ¿Puedes imaginarte la escena? A mí me parece descabellada, casi irreal. Sin embargo, la verdad es que, como escribe Pedro en 1 Pedro 5: "Estad alerta y sed sobrios. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quien devorar". Se está librando una verdadera batalla espiritual, y el diablo y sus secuaces no quieren otra cosa que abrir una brecha permanente entre la humanidad y el Dios que la creó. 

Muchos de nosotros no nos damos cuenta de esto, pero es cierto. El enemigo de nuestra alma busca continuamente nuestra distracción y destrucción, y depende de nosotros estar alerta y tener una mente sobria. 

C.S. Lewis escribió en su libro Las cartas de Screwtape: "Hay dos errores iguales y opuestos en los que nuestra raza puede caer respecto a los demonios. Uno es no creer en su existencia. El otro es creer y sentir un interés excesivo y malsano por ellos. A ellos mismos les complacen por igual ambos errores y saludan con el mismo deleite a un materialista o a un mago."

Cuando una persona entrega su vida a Jesús, es sellada por el Espíritu Santo-este sello es como un súper poder sobrenatural de protección (ver Efesios 4:30 entre otros versículos similares.) Esa persona ahora pertenece a Jesús. De repente, hay límites permanentes en lo que los espíritus malignos pueden hacerle a esa persona. A esto se añade el hecho de que toda autoridad le ha sido dada a Jesús cuando resucitó (Mateo 28:18). El mal tiembla en la presencia de Jesús-ellos quieren inmediatamente no estar donde Él está. ¡Y gracias a Dios por eso! Si estás sellado por Su Espíritu Santo, encarnas Su presencia, por tenue o débil que sea. Sin embargo, esto no significa que nos sentemos y nos relajemos. No, como sigue diciendo Pedro: "Resistidle, firmes en la fe, sabiendo que la familia de los creyentes en todo el mundo padece los mismos sufrimientos" (1 Pedro 5:9). Tenemos que tomar una decisión: reconocer que el enemigo es real, resistir sus maquinaciones y confiar en que "el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os restaurará y os hará fuertes, firmes y constantes" (1 Pedro 5:10).

Para bien o para mal, he tenido encuentros con espíritus malignos, tanto indirectos como directos, tanto despierto como en sueños. Pero a diferencia de los hijos de Esceva, como pertenezco a Jesús y tengo el sello del Espíritu Santo, cuando grito Su nombre, siempre me saca de apuros. 

Me pregunto si alguno de los hijos de Esceva se convirtió en seguidor de Jesús después de su paliza. Después de todo, sus habilidades como magos no eran rivales para el enemigo. 

Próximos pasos 

Si no has rendido tu vida independiente y tu voluntad a Jesús, tal vez ahora sea tu momento de hacerlo. Es la mejor inversión que una persona puede hacer. Hay una ventaja ilimitada; aumentará en valor para siempre.
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