Si sólo supieras...
Mark Pulsifer, Escritor Voluntario, South Barrington | 23 de mayo de 2025

Cuando considero tus cielos,
la obra de tus dedos,
la luna y las estrellas,
que has puesto en su lugar,
¿qué es la humanidad para que te acuerdes de ella,
¿Qué son los hombres para que los cuides?
Salmo 8:3-4
Todo el mundo se ha sentido fuera de lugar e inseguro al menos una vez en la vida. Imagina tu primer día en un colegio nuevo. Te preguntas si encajas o si tendrás amigos o enemigos. Si eres como yo, fue un poco aterrador y emocionante, confuso y agotador. Y para la mayoría, no estabas seguro de querer volver al día siguiente.
Ahora imagina que el director del colegio, al que nunca habías visto, te llamara por tu nombre y se interesara personalmente por ti. ¿Y si asignara al vicedirector la tarea de pasear contigo por los pasillos entre clase y clase, sentarse contigo durante el almuerzo, jugar contigo en el patio y presentarte a otros alumnos que posiblemente podrían llegar a ser amigos? Eso lo cambiaría todo. De repente, el nuevo colegio no te daría miedo. Apuesto a que incluso empezarías a disfrutar de la escuela y a esperar cada nuevo día con el vicedirector y los nuevos amigos que te ha presentado.
Si eres sincera, te preguntarás: ¿por qué se interesa por mí? ¿Por qué se preocupa por mí? No soy nadie. ¿Y los otros estudiantes? ¿También se interesa por ellos?
En esencia, esto es similar a lo que David sentía cuando escribió este salmo. ¿Por qué el Creador de todas las cosas se interesa por nosotros y por qué parece preocuparse realmente por nosotros, confiando a las personas el cuidado de Su creación?
Dios quiere que personas de todas las culturas y épocas se unan a Él para amar, servir y disfrutar de nuestro Creador, del mismo modo que los miembros de una familia en nuestro mundo se aman, sirven y disfrutan los unos de los otros.
Conocer a Dios, dejar que te ame y aprender a amarle y agradarle es la base de una vida feliz y gozosa que nunca acabará. Es la relación más significativa que podemos tener, y sus bendiciones se derraman en todas las áreas de nuestra vida y más allá.
Próximos pasos
Alabemos y demos gracias a Dios por habernos amado primero, por habernos perseguido y por habernos llamado a una nueva vida con Él.
Lee despacio el Salmo 8, pidiéndole a Dios que te enseñe lo que Él quiera que sepas.
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