Lento para la ira, rápido para la oración

Mark Pulsifer, Escritor Voluntario, South Barrington | 2 de abril de 2025

Mantente alerta y con una mente sobria. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quien devorar.
1 Pedro 5:8

"En tu ira no peques": No dejes que se ponga el sol mientras sigues enojado, y no le des pie al diablo.
Efesios 4:26-27


Parece que hoy hay más razones para estar enojado, por buenas y por malas razones, que nunca antes en la historia. Mientras escribo este devocional, se está produciendo un genocidio religioso en Siria y África, donde los cristianos son el blanco del odio y la muerte. Hay millones de otras expresiones de ira y odio en todo el mundo.

Los pasajes de las Escrituras de hoy fueron escritos por los apóstoles Pedro y Pablo a compañeros cristianos que luchaban por seguir a Jesús y practicar el amor, la bondad y la aceptación mutua en un contexto de persecución que iba desde divisiones familiares y ostracismo social hasta ataques violentos y encarcelamiento. Detrás de todo ello, entonces y todavía hoy, está el enemigo de nuestras almas, que lucha activamente contra nuestro Creador y contra nosotros.

Desde el principio, cuando me entregué completamente a Jesús y comencé a seguirle, el Espíritu Santo comenzó a sanarme y a entrenarme. A través de los años, y de mil "repeticiones", he desarrollado el autocontrol para perdonar a los demás rápidamente, orando para que ellos y yo seamos bendecidos y liberados de la ira. También he aprendido a reprender en oración la influencia del enemigo con la autoridad, el poder y el amor de Jesús. Cada vez que me encuentro repitiendo pensamientos de ira, reprendo tal maldad y pido perdón a Dios, y luego oro por la persona o personas a las que dirigía la ira.

El odio es una verdadera ceguera espiritual, porque si pudiéramos ver a los demás como los ve Jesús, podríamos enfadarnos con ellos, pero no odiarlos. A medida que aumenta el odio, también aumentan el miedo y la desconfianza hacia los demás. Este es el mundo en el que vivimos ahora. Por el contrario, Jesús nos llama a estar en el mundo, pero no a ser de él. Debemos ser pacificadores, amar a nuestros enemigos, mostrar hospitalidad y bondad a los demás. Podemos ser la levadura que fermenta las sociedades (Lucas 13:20-21). Esta es la buena noticia, el Evangelio de Jesús, nuestro Cristo.

Próximos pasos

Pídele al Espíritu Santo que te enseñe a manejar rápida y eficazmente la ira cuando surja en ti. Pídele en oración que aprendas Sus caminos, para que te enseñe a ti y a todos nosotros.

Pide a Dios que la paz que sobrepasa todo entendimiento te llene cada día. Pídele también protección.

Ten paciencia contigo mismo y sigue intentándolo. Nuestro Padre es un padre extremadamente paciente que siempre corrige. Nunca avergüenza. Si experimentas vergüenza, reprende la mala proyección.