Sabiduría de los tiempos
Kristyn Berry, escritora voluntaria, Crystal Lake | 19 de noviembre de 2024

Ponte de pie ante los ancianos, respeta a los ancianos y reverencia a tu Dios. Yo soy el Señor.
Levítico 19:32
Después de una reunión familiar reciente, mi hija adolescente comentó lo mucho que disfrutaba sentada con los adultos y escuchando las historias que contábamos. Añadió que nuestras historias eran más interesantes que las de sus primos. Me reí entre dientes al recordar que yo era muy parecida a ella a su edad. Me nutrí de la sabiduría que adquirí con las historias que compartían mis padres, tías, tíos y abuelos, y ellos parecían apreciar la perspectiva de las generaciones más jóvenes. Me recordó una noticia que nos contó mi tía.
En 2012, el gobierno holandés recortó la atención a las personas mayores de 80 años. Casi al mismo tiempo, un estudiante holandés se cansó del ruido y las malas condiciones de la residencia universitaria de su universidad. Así que acudió a una empresa propietaria de residencias de ancianos para proponer una solución beneficiosa para todos: vivir sin pagar alquiler y contar con un par de manos extra para ayudar a los residentes. Funcionó tan bien que el director general de la empresa creó un programa y lo extendió a seis estudiantes universitarios para que vivan en sus instalaciones sin pagar alquiler a cambio de 30 horas semanales de "buenos vecinos". Ser buenos vecinos significa que los estudiantes se ofrecen como voluntarios para cocinar, hacer recados, jugar y dar clases a los residentes para que aprendan sobre redes sociales, FaceTime y Google. Los resultados han sido una comunidad fortalecida, mejor salud y bienestar entre las personas mayores, y una larga lista de espera de estudiantes que desean aprovechar este programa. Ha cobrado tanta fuerza que ahora está disponible en toda Europa e incluso ha llegado a Estados Unidos, en Ohio.
El éxito de este programa reside en la comunidad que crea entre los residentes. Cada grupo de edad se encuentra en un momento de su vida en el que convive con otros en viviendas compartidas. Si bien cada grupo de edad puede sobrevivir perfectamente independientemente del otro, al estar juntos, ambos se benefician enormemente. Forman un sistema de apoyo, una extensión de la familia.
En una entrevista, el director gerente afirmó que esto les da a los residentes algo de qué hablar, además de sus problemas. Los estudiantes aportan el mundo exterior y la calidez del hogar. Los mayores se sienten como niños de nuevo porque están aprendiendo cosas nuevas y tienen una mayor interacción social, lo que enriquece sus vidas. Quizás parte de la razón por la que estos dos grupos de edad se sienten tan atraídos entre sí sea la experiencia compartida de la soledad. Los jóvenes universitarios y los adultos mayores jubilados reportan algunos de los índices más altos de soledad y aislamiento. Reunirlos ha aliviado algunos de estos sentimientos y les ha permitido forjar relaciones que los ayudan a prosperar.
Como Dios lo quiso, cuando vivimos en comunidad y nos amamos y apoyamos unos a otros, todos nos beneficiamos.
Próximos pasos
Oremos para que nuestros adultos mayores se sientan amados y apoyados por los demás y para que Dios los guíe en el apoyo a los ancianos en su vida o comunidad.