Confianza, no suerte
Verónica Burlock, Pastora de Adoración, Wheaton | 1 de julio de 2024

Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
Proverbios 3:5-6
Confiar en el Señor es una cualidad que debes aprender. Rara vez se da de forma natural o fácil. Además, es lo opuesto a lo que el mundo te enseña.
Cuando pienso en cómo he aprendido a confiar en Dios, pienso en el ejemplo de mi madre. Tengo vívidos recuerdos de cuando era niña, cantando todos juntos y pasándolo genial. Pero mi madre te diría lo que realmente estaba pasando: que estaba pasando por un momento difícil y recurría al canto para confiar en Dios con todo su corazón en lugar de dejar que su propia comprensión de la situación la detuviera.
Mi madre y sus diez hijos habían sido abandonados por su esposo de 15 años. En esa época, se encontró con una querida amiga y decidió ser sincera cuando le preguntó: "¿Cómo has estado?". Esa misma amiga la acogió a ella y a todos sus hijos, y nos quedamos con ella un par de años. Nos puso en contacto con su iglesia local, donde mi madre se unió a un grupo pequeño y con el tiempo compartió su testimonio con las mujeres de su círculo. En su grupo había una mujer amable que trabajaba para una empresa que ayuda a familias de bajos recursos a encontrar vivienda. Al conectar con esta empresa, a través de la oración y la lectura de la palabra de Dios, sintió que el Señor le prometía una casa para ella y sus hijos. El recuerdo que tengo de estar sentadas cantando fue cuando nos dijo que bajáramos y empezáramos a empacar nuestras cosas porque Dios nos había encontrado una casa. Unas semanas después, nos mudamos a una hermosa casa de cinco habitaciones en las afueras.
Mi madre nunca podría haber sabido la secuencia de eventos que siguieron a esa respuesta honesta a la simple pregunta de su amiga.
Confiar en Dios requiere fe, y la fe requiere conocimiento de la verdad sobre Dios. Tenemos que saber quién es Él para saber lo que puede hacer. Él es soberano y tiene el control de todas las cosas, no de algunas, sino de todas. Le pregunté a mi mamá qué la impulsaba en ese momento, y me respondió Jeremías 29:11. Dice: «Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —declara el Señor—. Planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza». Si no conocemos a Dios, podemos pensar que mi mamá simplemente tuvo suerte. En el lugar correcto en el momento correcto. Pero la suerte no existe cuando se tiene un Dios todopoderoso. En el día a día, puede que no veas cómo, pero eso no significa que Él no esté obrando.
Cuanto más tiempo pasas con Dios, más aprendes de Él y más fácil te resulta confiar en Él. Así que conoce a Dios y observa cómo crece tu confianza en Su palabra. He visto a mi madre confiar en el Señor con todo su corazón y reconocerlo en todos sus caminos, y Él nunca la ha guiado por mal camino.
Próximos pasos
¿Ya comenzaste el plan de lectura del Nuevo Testamento? Si no, puedes encontrarlo en la app o en nuestra página web . ¡Únete cuando quieras!