No se mientan los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus obras, y revestido del nuevo, el cual se va renovando hasta el conocimiento pleno, a imagen de su Creador.
Colosenses 3:9-10

…para que viváis de una manera digna del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios…
Colosenses 1:10

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¿Te has encontrado navegando sin rumbo fijo? Quizás querías sentarte unos minutos para ponerte al día con las publicaciones de tus amigos, pero pasó una hora sin darte cuenta. En ese tiempo, puede que te hayas transportado a otro lado del mundo o al triunfo o desafío de un conocido, o tal vez un anuncio o un influencer te convenció de comprar algo que no sabías que necesitabas hasta ese momento. 

Si bien no hay nada de malo en disfrutar del contenido creado por influencers, se vuelve problemático cuando sus voces eclipsan la voz de Dios en nuestras vidas. Aunque parezca increíble, este no es un problema moderno. El aspecto digital, sí, es nuevo. Pero obsesionarse con los mensajes de otras personas más que con la voluntad de Dios para nuestras vidas ha existido desde los albores de la civilización. 

Aquí es donde encontramos a Pablo en nuestra Escritura de hoy. Su carta a los Colosenses nos recuerda una verdad profunda: como creyentes, nos hemos despojado de nuestro viejo yo y nos estamos renovando a la imagen de nuestro Creador. Esta renovación no es solo un cambio superficial, sino una transformación profunda y continua. A diferencia de la naturaleza transitoria y a menudo superficial de las tendencias establecidas por las personas influyentes, la obra de Dios en nosotros es duradera y transformadora. Nuestro ejemplo de cómo vivimos y lideramos con amor debe ser transformador para quienes nos rodean. Los colosenses vivían de tal manera que eran fieles al gobierno romano y se engañaban mutuamente. El mensaje de Pablo era simplemente centrarse en el llamado de Cristo. 

Se nos recuerda que todos somos renovados en espíritu y que debemos dejar atrás nuestras viejas costumbres de corrupción, idolatría y engaño. Debemos abrazar la nueva vida donde nos revestimos de amor, compasión y esperanza, porque Cristo es todo y está en todos. La transformación del "viejo ser" al "nuevo ser" como cristianos no es un evento puntual, sino un proceso continuo de renovación. Pablo fue el influenciador original, inspirando a otros a vivir y amar como Jesús. 

Próximos pasos

• Como iglesia, participemos en el plan de lectura bíblica y leamos el Nuevo Testamento completo antes de fin de año. Únase en la aplicación o haga clic aquí. 
• Oración: Querido Padre Celestial, gracias por la nueva vida que tenemos en Cristo. Ayúdanos a buscarte por encima de todo. En un mundo lleno de voces e influencias, guíanos para priorizar tu verdad y tu amor. Renueva nuestra mente y corazón cada día, moldeándonos a la imagen de tu Hijo. Que nuestras vidas reflejen tu gracia y atraigan a otros a tu conocimiento salvador. Amén.