A menos que el Señor construye la casa,
los constructores trabajan en vano.
Si el Señor vigila la ciudad,
en vano velan los guardianes.
Salmo 127:1

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que las hiciéramos.
Efesios 2:10

Yo planté la semilla, Apolos la regó, pero Dios la ha ido haciendo crecer. Así que ni el que planta ni el que riega son nada, sino sólo Dios, que hace crecer las cosas. El que planta y el que riega tienen un mismo fin, y cada uno será recompensado según su propio trabajo. Porque somos colaboradores al servicio de Dios
1 Corintios 3:6-9

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Me encanta leer estos tres pasajes juntos. Vuelve y léelos otra vez, despacio... (¡Esperaré!) Cuando leéis estos versículos juntos, ¿hay algo que te llame la atención?

Cuando leo estos versículos, me acuerdo de dos cosas: Uno, Dios nos creó a cada uno de nosotros para hacer grandes cosas, cosas específicas para que las hagamos. Y dos, depende de Él hacer grande el trabajo que hacemos para Él. ¿Lo sabías? Para mí es un gran alivio.

Tiendo a pasar mucho tiempo pensando en lo que puedo hacer y cómo lo haré. Me encanta soñar, planificar y averiguar cómo hacer realidad ese sueño. El problema es que casi nunca sale como lo había planeado. Verás, aunque tenga buenas intenciones y mi corazón quiera hacer algo que creo que es "bueno", no siempre tengo todos los detalles. No sé lo que no sé. Pero tengo algo mejor que el conocimiento: tengo un Dios soberano, justo y misericordioso que sí sabe. Él está en los detalles, usando los dones y talentos que nos dio para hacer el trabajo que Él ha planeado.Nuestro papel es confiar en Él y obedecer donde Él nos guíe. Esta verdad me ha ayudado a aprender a aceptar que mis planes no salgan como yo pensaba. 

Hace unos años, Dios abrió una oportunidad en el condado de McHenry para Willow Crystal Lake para acoger un programa de alcance comunitario en respuesta a las necesidades de las personas sin hogar en nuestra área debido a Covid. Rápidamente me puse a planear algunas cosas simples como duchas, alimentos y suministros básicos para los necesitados en nuestro condado, junto con algunos otros en la comunidad que también querían ayudar. Lo que empezó como una ayuda mensual a personas desamparadas en 2020 se ha convertido en una hermosa colaboración entre organizaciones religiosas, agencias del condado y organizaciones sin ánimo de lucro, que trabajan juntas para satisfacer las necesidades de nuestra comunidad cada semana. El Día de Recursos Comunitarios se construyó sobre las dos cosas que nuestros versículos destacaron hoy: ¡apoyarse en los dones que Dios nos da a cada uno de nosotros y luego depender de Dios mismo para hacerlo crecer! Lo que comenzó como un servicio para tal vez cinco personas ese primer mes ahora sirve regularmente a 50-65 personas y familias cada semana.

Próximos pasos

• ¡Es hora de hacer inventario! ¿Con qué dones y talentos te ha creado Dios que te invita a usar para Su gloria? Realiza este inventario de dones espirituales para obtener más información. 
• Recuerda: ¡se necesitan dos! Tu trabajo solo no producirá los buenos resultados que buscas. Pídele a Dios que sea el líder y haga algo grande de lo que tú aportas. ¡Él te tiene!