Inscríbete, preséntate

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 27 de febrero de 2024

Y este es mi juicio sobre lo que es mejor para ti en este asunto. El año pasado fuiste el primero no sólo en dar, sino también en tener el deseo de hacerlo. Ahora termina la obra, para que tu ansiosa voluntad de hacerlo se vea correspondida por tu cumplimiento de la misma, de acuerdo con tus medios.
2 Corintios 8:10-11


Nuestra iglesia es conocida por firmar generosamente y aparecer para unirse a la obra de Dios en el mundo cerca y lejos. Ya sea que estemos uniendo esfuerzos para expandir Willow Kids & Students, construir el Willow Creek Care Center, defender las iniciativas de Compasión y Justicia en todo el mundo, o algo más a través de nuestros campus Willow, todos estamos para amar a Dios, amar a la gente, y cambiar el mundo mientras seguimos a Jesús juntos.

Al leer el pasaje de hoy, pensé en los ministerios de nuestra iglesia. Hay muchas maneras de participar, marcar la diferencia y obtener ayuda aquí. Es increíble e imposible sin la gracia de Dios y la generosidad de la gente. Entonces me pregunté, ¿qué pasa si la gente se inscribe pero nunca aparece? ¿Qué pasa si los corazones inspirados con buenas intenciones de ser generosos no cumplen?

El desafío de Pablo a la iglesia de Corinto para que cumpla su compromiso es audaz y necesario. Es un recordatorio para ellos, para mí y para ti. Él celebró a la iglesia de Corinto porque se comprometieron y se mostraron primeros en su generosidad. Los ministerios de la iglesia de Jerusalén dependían de compromisos honrados y no de promesas vacías. Pero entonces, por alguna razón, Pablo sintió que los corintios necesitaban un empujoncito para cruzar la línea de meta. Me encanta su claridad y sencillez en el versículo 11: "Terminenla obra". ¿Por qué destaca esto? Porque en todas las áreas del discipulado, estar dispuestos en nuestros corazones madura a medida que seguimos hasta el final.

Al igual que Cristo nos llama a inscribirnos y mostrarnos en relación con Él, esta postura se prolonga a medida que crecemos en su carácter. Ser generoso es la aventura de tu vida. La puerta para dar primero y seguir después siempre está abierta, y la segunda parte importa mucho. No sé cómo Dios te está guiando, pero estoy orando para que tú y yo podamos contar unos con otros para invertir lo que Él nos ha confiado -tiempo, habilidades, dinero, relaciones y más- mientras nuestra iglesia sigue a Jesús junta.

Próximos pasos

  • ¿Cuándo te has sentido inspirado para ser generoso pero no lo has llevado a cabo? ¿Qué ocurrió y por qué?
  • ¿Cómo te desafía Dios a crecer en generosidad? Sé concreto.
  • Pide a un amigo o a un pequeño grupo que te ayude a seguir adelante con tu deseo y compromiso.