El Maestro Jardinero

Jennifer Lim, escritora voluntaria, South Barrington | 28 de diciembre de 2023

La semilla que cayó en el sendero representa a quienes escuchan el mensaje del Reino y no lo entienden. Entonces el maligno viene y arrebata la semilla que se sembró en sus corazones. La semilla en la tierra pedregosa representa a quienes escuchan el mensaje y lo reciben de inmediato con alegría. Pero como no tienen raíces profundas, no duran mucho. Se alejan en cuanto tienen problemas o son perseguidos por creer en la palabra de Dios. La semilla que cayó entre los espinos representa a quienes escuchan la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje es desplazado por las preocupaciones de esta vida y la tentación de las riquezas, por lo que no produce fruto. La semilla que cayó en buena tierra representa a quienes verdaderamente escuchan y entienden la palabra de Dios y producen una cosecha de treinta, sesenta o incluso cien veces más de lo que se había sembrado.
Mateo 13:19-23 (NTV)


¿Sabías que crear una buena tierra requiere trabajo? La jardinería se ha convertido en una afición intensa para mí en los últimos años, y he aprendido que mantener las plantas de un jardín sanas requiere una inversión adecuada en la tierra. Por ejemplo, tenemos dos perales que no han florecido en varios años. Después de darle muchas vueltas, finalmente hicimos un análisis de tierra y descubrimos que tenía deficiencias increíbles. Como resultado, poco a poco hemos empezado a añadir compost, fertilizante y mantillo para fortalecerla. Sin embargo, incluso con un año de "inversión", nuestros perales siguen teniendo dificultades, y probablemente nos llevará algunos años más recuperarnos. 

En cambio, a principios de este año, nuestra familia instaló un huerto elevado. Mantuvimos la tierra cubierta con mantillo para evitar la maleza y las plagas, y añadimos compost rico en nutrientes para mantenerla sana. Y, ¡por suerte!, los tomates, pimientos, col rizada y judías que plantamos crecieron con fuerza .

El jardín es una metáfora muy apropiada y rica para conectarnos con nuestra relación con Dios. Una semilla que recibe el entorno adecuado se establece con raíces profundas, tallos fuertes y, con el tiempo, frutos dulces y abundantes. Pero llegar allí requiere esfuerzo. Requiere eliminar las barreras, añadir los nutrientes adecuados y conducirla hacia la luz. 

¿Qué se necesita para tener ese tipo de corazón? ¿Esa receptividad a la palabra de Dios? Requiere una reflexión consciente sobre nuestro entorno, el tipo de personas, mensajes y el espacio que nos rodea. Requiere una curiosidad abierta, honesta y humilde. Y muchas veces, requiere perseverancia constante, confiando en que el crecimiento llegará , aunque quizá no lo veamos por un tiempo.

Próximos pasos

  1. Tómate un momento para reflexionar sobre estas últimas semanas. En estas fiestas, es muy fácil perderse en las emociones y olvidarse de vivir con propósito. Al reflexionar sobre la metáfora de nuestros corazones como tierra para la palabra de Dios, escribe una impresión, esperanza o meta que tengas para tu relación con Dios. 
  2. Sin la participación de Dios mismo en nuestro crecimiento hacia él, hay pocas esperanzas de que podamos lograrlo todo por nosotros mismos. Lleva estas impresiones, esperanzas o metas a Dios en oración, con humildad y con la certeza de que, en última instancia, él es quien hace que las semillas crezcan.