Mantén el fuego encendido

Dan Lovaglia, pastor del campamento, Camp Paradise | 28 de noviembre de 2023

Por esta razón te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:6-7 (RVR1960)


“Danny, mantén el fuego encendido. Vuelvo enseguida”. Mi abuelo era un maestro en encender fuego. De pequeño, observaba cada uno de sus movimientos frente a la chimenea siempre que podía. Reunía con mucho cuidado el periódico, la leña y los leños. Luego, colocaba con esmero cada elemento en la rejilla de hierro fundido, mientras me daba consejos amables y oportunidades para ayudar. Todavía me recuerda la calma, constancia y autocontrol de mi abuelo al encender el fuego y, en realidad, al hacer cualquier cosa en la vida. Siempre me sentía honrado y un poco nervioso por atender las llamas cuando me lo pedía. Así que me concentré en lo que me enseñó hasta que regresó.

Timoteo recibió la antorcha de Pablo de la misma manera que Jesús la entregó a sus discípulos. ¿Y cuál es la misión? Mantener viva la llama de la fe y el ministerio como parte del reino del Padre celestial. Si esto suena intimidante, tu corazón está latiendo. Por eso se nos dicen las mismas verdades que a Timoteo: 

  1. Lo que se le ha transmitido acerca de Cristo es un asunto serio;
  2. No estás solo porque el Espíritu Santo está contigo y no da miedo; y, 
  3. Él te equipa para ser fuerte, amar incondicionalmente y ser autodisciplinado en cada paso del camino.

Ante la tentación y la oposición, es fácil que los hijos de Dios pierdan el enfoque y olviden mantener viva la llama de la fe y el ministerio. Vemos esto en el Antiguo y el Nuevo Testamento, y a lo largo de más de 2000 años de historia. Nuestro encargo hoy es centrar nuestra atención en Jesús y perseverar en la misión que nos encomienda (ver Hebreos 12:1-3 ). Podemos apoyarnos en el Espíritu Santo porque su poder, amor y dominio propio están a nuestra disposición para afrontar cualquier situación. Mientras esperamos el regreso de Cristo, comprometámonos a mantener viva la llama.

Próximos pasos   

¿Qué responsabilidad te ha encomendado Dios y te resulta difícil atender? En lugar de quedarte estancado en el miedo o rendirte fácilmente, pídele al Señor que aumente tu capacidad de autocontrol hoy.