En cuanto a ustedes, estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales vivían cuando seguían los caminos de este mundo y del príncipe del reino del aire, el espíritu que ahora opera en los desobedientes. Todos nosotros también vivimos entre ellos en un tiempo, satisfaciendo los deseos de nuestra carne y siguiendo sus deseos y pensamientos. Como los demás, éramos por naturaleza merecedores de ira. Pero por su gran amor por nosotros, Dios, que es rico en misericordia, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en transgresiones. Es por gracia que han sido salvos.
Efesios 2:1-5

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¿Sabías que el famoso himno "Sublime Gracia" comienza con un verso de la historia del hijo pródigo? El verso, "Una vez estuve perdido, pero ahora he sido hallado", es un paralelo a Lucas 15:24: "Porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y ha sido hallado".

 "Sublime Gracia" fue escrita por John Newton, un traficante de esclavos malhablado que reconoció la soberanía de Dios tras sobrevivir mares turbulentos como los marineros del libro de Jonás. Aunque Newton había renunciado a Dios, invocó su misericordia ante un naufragio casi seguro. El barco sufrió graves daños, pero no se hundió. Al ser escuchada su oración, Newton se sintió obligado a reconocer el poder de Aquel a quien había estado desafiando. 

El respeto sano que trae sabiduría se conoce como el temor del Señor. Este temor probablemente se menciona en los versos: «Fue la gracia la que enseñó a mi corazón a temer, y la gracia alivió mis temores». El corazón endurecido de Newton fue quebrado por la misericordia de Dios. La conciencia de que no merecía la gracia lo llenaba de temor. Sin embargo, la misma causa de su temor lo alejó.

Newton necesitaba ayuda para cambiar su forma de ser. Rodeado de hombres que hacían lo que él intentaba evitar, no pudo dar fin a su antigua vida. Newton finalmente se liberó de sus hábitos corruptos tras dejar la navegación y, con el tiempo, se convirtió en clérigo y abolicionista.

Tras su conversión, Newton confesó que anteriormente había servido a Satanás, buscando alejar a toda la humanidad de Dios. En el pasaje de hoy, Pablo habla de la guerra espiritual, recordándonos que una vez seguimos al gobernante que obra en los desobedientes. La transformación espiritual no se logra solo con la fuerza de voluntad. Si has recibido la gracia, el mismo poder que resucitó a Jesús para vencer la muerte y el mal puede transformarte.

No podemos salvarnos intentando comportarnos mejor. Como nos recuerda Efesios 2:1-5, somos salvos por gracia. Sin embargo, solo cuando comprendemos que estamos perdidos podemos ser verdaderamente encontrados. 

Próximos pasos 

Uno de los Ritmos Enraizados de Willow es romper las fortalezas que suelen ser problemas prevalecientes. Puedes acceder al poder de resurrección de Jesús orando por transformación y protección. Conéctate con la comunidad de tu iglesia y pídele a alguien de confianza que ore contigo.