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Por tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en práctica es como un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; sin embargo, no se derrumbó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. Pero todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica es como un hombre necio que edificó su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y se derrumbó con gran estrépito.

Mateo 7:24-27

A veces parece que todo en este mundo está diseñado para alejarnos de Dios. Por lo tanto, como seguidores de Cristo, nuestro fundamento espiritual es vital. Creo que es importante preguntarnos: "¿Sobre qué fundamento estoy construyendo mi vida?". Elegir el fundamento adecuado determina la capacidad de las estructuras para resistir las duras realidades de la vida.  

La parábola de hoy me recuerda la vez que mi esposo y yo decidimos construir nuestra próxima casa en lugar de comprar un modelo antiguo. Investigamos a fondo para encontrar al constructor adecuado. Estábamos muy emocionados por empezar. Una vez cavado el enorme hoyo para empezar los cimientos, estábamos deseando que se levantaran las paredes. Pasaron semanas y luego meses esperando a que se vertieran los cimientos. Parecía una eternidad. Todas las demás casas de nuestra hermosa urbanización se construían a toda velocidad. Le preguntamos a nuestro constructor por qué tardaba tanto. Confiar en su sabiduría, «esperar pacientemente por unos cimientos sólidos lo es todo», dio sus frutos. Nos impactaron los problemas de nuestros vecinos, que enfrentaban múltiples reparaciones, una y otra vez, en sus cimientos, especialmente durante las fuertes tormentas. 

La parábola de Jesús me llega al corazón al explicar la diferencia entre un constructor sabio y uno necio. Un constructor sabio escucha la Palabra de Dios, la aplica y, como resultado, se mantiene firme en tiempos turbulentos. El constructor necio no sigue las instrucciones de Dios y queda devastado por las tormentas de la vida. Una persona sabia seguirá las palabras de Cristo a pesar de las presiones que la rodean. Al hacerlo, recibe la recompensa de una "casa" firme y sólida, inquebrantable ante las inclemencias de la vida. Una vez que se colocan los cimientos, se colocan los soportes, lo que permite que se construya el resto de la estructura. "Aunque llueva a cántaros, suban las aguas y los vientos azoten esa casa, no se derrumbará porque está construida sobre roca firme" (Mateo 7:25 NTV).

Próximos pasos 

¿Sobre qué cimientos estás construyendo tu vida (hogar)? Una catástrofe repentina, una pérdida o una enfermedad podrían azotar nuestras casas sin previo aviso. Nuestras esperanzas cimentadas en Cristo se mantendrán firmes incluso cuando las tormentas más fuertes amenacen con destruir. Tómate un tiempo para reflexionar sobre tu vida y determina si necesitas empezar a construir sobre cimientos más sólidos. 

Profundizando

¡Guau! Hemos dedicado toda la semana a un capítulo de la Biblia. ¡Bien hecho! Hoy, repasa el capítulo una vez más. ¿Qué te llamó más la atención de la semana? Considera memorizar el versículo que más te identifique. Si eres más creativo, piensa en cómo puedes expresar artísticamente lo que Dios te enseñó esta semana mediante un dibujo o una obra de arte. Luego, dedica un tiempo a orar y pídele a Dios que te muestre cómo este capítulo de la Biblia se relaciona con tu situación actual.