Dormido

Faith Schiller, Pastora Asociada del Campus Online | 20 de marzo de 2023


Llevó consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentirse profundamente angustiado y turbado."Mi alma está abrumada de tristeza hasta la muerte", les dijo. "Quedaos aquí y velad". Yendo un poco más lejos, se postró en tierra y oró para que, si era posible, pasara de él aquella hora. "Abba, Padre -dijo-, todo te es posible. Aparta de mí este cáliz. Pero no lo que yo quiera, sino lo que tú quieras". Luego volvió a sus discípulos y los encontró durmiendo. "Simón -dijo a Pedro-, ¿duermes? ¿No podrías velar una hora? Velad y rezad para no caer en la tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil".

Marcos 14:33-38

En Marcos 14, Jesús se encuentra en uno de sus momentos más angustiosos. Acababa de celebrar la cena de Pascua con sus discípulos, a los que fácilmente consideraba sus mejores amigos y personas más cercanas. Y ahora, está a horas de vivir la experiencia más atroz por la que puede pasar cualquier ser humano. En las próximas horas, Jesús sentirá un dolor físico extremo, una intensa tensión emocional, una angustiosa oscuridad espiritual y un desgarrador abandono relacional. Se nos dice que la anticipación de esta experiencia insoportable hizo que Jesús se sintiera "abrumado por la tristeza hasta el punto de morir".

En su momento de profunda angustia, Jesús se reunió con sus discípulos más cercanos para orar. Pero justo cuando Jesús más necesita su apoyo y cuidados, los discípulos se quedan dormidos. Pedro es el discípulo que, unos versículos antes, había prometido que nunca negaría a Jesús. Pero leemos que se durmió tres veces a pesar de que Jesús le pidió repetidamente que se mantuviera despierto.

¿Alguna vez has sentido que un amigo o un familiar se ha "dormido" en tus momentos de necesidad? ¿Has experimentado dolor, tristeza, depresión o pena, sólo para mirar a tu alrededor y sentirte completamente solo? Este pasaje es a la vez una advertencia y un consuelo para nosotros. Es una advertencia porque nos muestra lo que no debemos hacer cuando tratamos de apoyar a un amigo en un momento difícil.

Pero aún más que eso, esta escritura es un consuelo para aquellos de nosotros que nos encontramos solos en momentos de angustia. Nuestro Salvador sabe lo que se siente: Él también ha pasado por eso. Puede parecer que tus amigos y familiares se han dormido en tu hora de necesidad. Acércate a nuestro Salvador sufriente. Él nunca te abandonará. 

Próximos pasos

  • ¿Te encuentras en un momento de depresión, dolor o tristeza? Si es así, tómate un tiempo para sentarte con Jesús y experimentar su cercanía. No tienes que decir nada, y tampoco necesitas que Él diga nada. Sólo siente su cercanía.
  • Considera quién en tu vida está en una temporada de dolor con el que necesitas estar. ¿Cómo puedes orar por esa persona y estar con ella en este momento? Acércate a ellos ahora mismo y hazles saber que estás orando por ellos, y haz un plan para conectarte con ellos esta semana.