Sembrar las semillas del Espíritu

Deb DaSilva | 28 de abril de 2022


No te engañes: Dios no puede ser burlado. El hombre cosecha lo que siembra. Quien siembra para complacer a su carne, de la carne cosechará destrucción; quien siembra para complacer al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.

Gálatas 6:7-8

¿Cuáles son las semillas del Espíritu?  

Mi jardín suburbano es una fuente de alegría, no la diferencia entre una comida y el hambre. Me resulta difícil entender el papel que desempeñan las semillas como fuente de vida de la forma en que los gálatas lo habrían entendido hace 2000 años. Pero, al visitar a nuestros socios de la iglesia en Vuhehli, Sudáfrica, empecé a comprender mejor lo que el apóstol Pablo escribió en el pasaje de hoy.  

Vuhehli se encuentra en una zona cada vez más árida del mundo, y el éxito de cualquier semilla plantada allí depende de un suministro regular de agua. Al igual que el agua viva que Cristo prometió a la mujer en el pozo, tener un pozo es el principio de la bendición. Las semillas empaquetadas durante la Celebración de la Esperanza -nuestras diminutas "semillas del Espíritu"- produjeron lo suficiente en Vuhehli para alimentar a las familias de la iglesia y proporcionar alimento a los pollitos. Los pollitos crecieron y se convirtieron en una fuente de huevos y de abono para el huerto. Los productos llegaron a ser tan abundantes que se deshidrataron y almacenaron para compartirlos con los vecinos y más allá. Lo que empezó como un pozo de agua y unas semillas en el patio de la iglesia se convirtió en un programa de tutoría extraescolar y un centro de alimentación para toda una comunidad.   

Las ondas de bendición salieron de estas semillas de esperanza -nuestras semillas del Espíritu- y siguieron llegando a las familias incluso durante el COVID, cuando las cadenas de suministro más grandes fallaron. Las hortalizas disponibles, cultivadas a partir de las semillas, marcaron la diferencia entre una comida sana y el hambre.  

A cada uno de nosotros se nos han dado semillas del Espíritu -dones y talentos- por nuestro amoroso Creador, y se multiplican cuando son alimentados por el Agua Viva de Jesús, haciendo más de lo que esperamos. Los vivimos a través de cada pequeño acto de bondad y amor, y su impacto alcanza y bendice más allá de nuestras expectativas. Puede que ni siquiera lleguemos a verlo en nuestra vida. Esos actos pueden parecer efímeros o tardar más en germinar de lo que esperábamos. Pero, la mayoría de las veces, nuestras semillas están creciendo silenciosamente bajo la superficie. Cuando plantamos semillas del Espíritu en nuestra vida cotidiana, podemos confiar en que el Dios del Agua Viva hará que florezcan mucho más allá de lo que podemos ver a este lado del cielo.

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