¿Estás contento con las deudas?

Willow Creek | 14 de febrero de 2022


¿Sabías que la deuda media de los hogares en Estados Unidos es de 150.000 dólares? Casi el 40% de los estadounidenses no podría cubrir un gasto inesperado de 500 dólares, y el 26% de los adultos no tiene ahorros. Estas estadísticas son asombrosas, pero son demasiado comunes. Ahora tenemos una generación de adultos con estudios universitarios que se incorporan al mercado laboral con préstamos estudiantiles que tardarán gran parte de sus carreras en pagar. No es de extrañar que los millennials estén ansiosos. 

El auge y la comercialización de las tarjetas de crédito han normalizado el gasto impulsivo. Podemos comprar ahora y pagar después, y la mayoría de las veces nos lleva a gastar lo que no tenemos, con la esperanza de poder cubrirlo en el futuro. Esto da lugar a un ciclo de gasto "primero yo", que busca la satisfacción a corto plazo de comprar sin la visión a largo plazo de construir una estabilidad financiera. 

A lo largo de Más que dinerohemos explorado cómo podemos adorar el dinero o usarlo para adorar. No podemos servir a la vez a Dios y al dinero, así que ¿cómo nos liberamos del ciclo de gastos y deudas?

Primero: Definir la relación

Antes de empezar a hacer cambios en sus hábitos financieros, tómese un momento para evaluar su relación con el dinero. ¿Se niega a aceptar sus deudas? ¿Ignora sus circunstancias financieras, esperando que se solucionen por sí solas? ¿Deja que el dinero domine sus pensamientos? ¿Es estable financieramente y gasta más de lo que necesita? Esté dispuesto a ser honesto sobre sus pensamientos y su actitud hacia el dinero.

Segundo: Evaluar su situación

¿Tiene una visión precisa de sus gastos y ahorros? ¿Cuándo fue la última vez que echó un vistazo a sus finanzas? Los pagos automáticos y las tarjetas de crédito hacen que sea fácil ir mes a mes sin un plan real. Utiliza sitios como Mint -o incluso tu sitio bancario- para ver cuánto ganas y en qué gastas. Utilízalo como punto de partida para elaborar un plan.

Tercero: Planificar el progreso

Juega a largo plazo: Dar primero, ahorrar después, vivir con el resto. Haz un plan para tu dinero presupuestando y estableciendo tus prioridades en consecuencia. Aplicaciones como Every Dollar o Mint pueden ayudarte. Dedica tiempo a aprender cómo los intereses pueden afectar a tus deudas o a tus ahorros: los pequeños cambios en el lugar donde ahorras pueden tener implicaciones significativas a largo plazo. Cambia de gastar primero en mí a gastar primero en Dios y establece metas pequeñas y alcanzables para ti mismo, confiando en que esos cambios incrementales te llevarán a una libertad financiera duradera.

Al final, sepa y confíe en que su situación financiera no es su identidad. Jesús sabía que el dinero competiría constantemente por nuestra atención. Su paz, su libertad y sus planes están disponibles cuando damos los siguientes pasos en la rendición.

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