Amar a Dios significa amar a los demás

Willow Creek | 11 de enero de 2022


Este fin de semana pasado, Dave Dummitt lanzó nuestra serie, Somos Sauce, con un mensaje llamado "Ama a Dios". Hay muchas maneras de mostrar nuestro amor a Dios: respetándonos a nosotros mismos, sirviendo y siendo voluntarios, siendo generosos, pero una de lasmanerasmás difíciles -ysin embargo más profundas-de amar a Dios es amando a los demás.

Hay formas sencillas de ilustrar el amor a Dios: ofrecer el diezmo, rezar, ser voluntario en un servicio, y todas ellas son importantes, pero en nuestras vidas, a menudo se ponen en una caja específica. Tenemos la caja del trabajo, la caja de la familia, la caja social, y similares. Cuando se trata de orar, diezmar y ser voluntario, tal vez todo eso está en la "caja de la iglesia", y nuestro amor por Dios no pasa de ahí. Es estupendo que tengamos nuestra "caja de la iglesia", pero cuando decimos que amamos a Dios -que amamos de verdad a Dios- ese amor debería afectar a todas nuestras cajas y a todos los rincones de nuestra vida.

Muchos de nosotros amamos a Dios los domingos pero vivimos nuestras vidas como queremos de lunes a sábado. Pero cuando llega el domingo, metemos la mano en nuestra "caja de la iglesia" y sacamos los diezmos, las manos que oran y las camisetas de los voluntarios. ¿Qué pasa con las otras cajas? Actuamos de forma despiadada en vez de con gracia en nuestros trabajos, somos bruscos en vez de pacientes con nuestras familias, y somos vulgares en vez de alegres con nuestros amigos. Pero si decimos que amamos a Dios, ¿por qué nuestro amor por Él no influye en todas las áreas de nuestra vida? 

El verdadero amor a Dios es radical y cambia la vida; no puede ser compartimentado y sacado sólo los domingos. Cuando decimos que amamos a Dios y lo amamos por completo, ese amor transforma nuestras vidas hasta el punto de que ya no vivimos para nosotros mismos, sino que vivimos para Él. 

En Mateo 25:40 se nos dice que todo el bien que hagamos en la tierra en nombre de Dios, es como si lo hiciéramos para Él. Es un tipo de amor que no puede ser contenido en una caja; se libera y brota en cada área de nuestras vidas. Cuando nos rendimos completamente a Dios y dejamos que Su amor nos inunde, Su amor se extenderá a otros a través de nosotros. Su amor irradiará a través de nosotros en nuestro trabajo, familia y vida social. No será un amor que viva sólo los domingos, sino a través de cada día en cada respiración que hagamos. 

A medida que avanzamos en este nuevo año, comprometámonos a amar a Dios, a leer su Palabra y a dejar que su luz brille a través de nosotros a todos los que encontremos.

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