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Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, si bien muchos asumen que el trastorno de estrés postraumático (TEPT) es el problema de salud mental más común entre los refugiados, la depresión y la ansiedad son, en realidad, las más prevalentes. Dado que los refugiados ya corren un mayor riesgo de padecer problemas de salud mental y disponen de menos estrategias de afrontamiento, la COVID-19 ha impulsado el aumento vertiginoso de los trastornos de salud mental entre los refugiados. Oremos por cada persona que enfrenta dificultades con su salud mental durante la pandemia, pero en particular por los refugiados.