Dios nos diseñó para estar en comunidad. No es sano estar solos. El aislamiento es peligroso para nuestra salud mental. Pero ¿cuántos nos hemos sentido excluidos, inadaptados o como "diferentes" en algún momento de nuestra vida?
Esta semana, la pastora Megan Marshman habla sobre la distinción entre igualdad y pertenencia. Cada persona tiene un lugar en el Reino de Dios para pertenecer y contribuir a la comunidad. Como comunidad de Cristo, debemos cuidar de las partes que sufren. Debemos ofrecernos pertenencia unos a otros, combatiendo la soledad y el aislamiento, incluso si solo podemos estar presentes.