Entonces Samuel le dijo a Saúl: «¡Has tomado una decisión necia! No has obedecido el mandamiento que el Señor tu Dios te dio. Si lo hubieras hecho, el Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre.  Pero ahora, tu reino no durará. El Señor se ha buscado un hombre leal a él, y lo ha designado como líder de su pueblo, porque no has obedecido lo que el Señor te ordenó.» 
(1 Samuel 13:13-14)

Cuando Salomón envejeció, sus esposas cambiaron su lealtad a otros dioses; no estaba completamente dedicado al Señor su Dios, como lo había estado su padre David.
1 Reyes 11:4

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David, un hombre en la Biblia situado entre Saúl y Salomón, fue un rey que amó a Dios con todo su corazón. Su pasión por Dios contrastaba marcadamente con la de los hombres cuyas historias lo acompañaban. Aunque los tres pecaron de maneras bastante espectaculares, el corazón de David regresó a su verdadero amor una y otra vez. Aprendí esto en un evento de "Willow Walk Through the Old Testament" hace muchos años. Lo recuerdo vívidamente porque la maestra usó un gesto con la mano que nos recordó la historia de David. Ese día, decidí que quería ser una chica "conforme al corazón de Dios" (1 Samuel 13:14).

Cuando examinamos lo que la Biblia nos dice acerca de David, descubrimos más verdades de las Escrituras que nos ayudarán a aferrarnos a Dios.

• David era un joven que escuchó a Dios y destruyó a Goliat (1 Samuel 17:50-53).
• David era un hombre que amaba las leyes de Dios (Salmo 119).
• David fue un hombre que pecó mucho, confesó y a quien Dios perdonó (2 Samuel 12).

Estos hechos se entretejen en las Escrituras: Dios era el compañero más cercano de David, pero eso no le impidió tener relaciones humanas significativas. Su mejor amigo en la tierra cuando era un joven líder fue Jonatán, hijo del rey Saúl. Tenían una relación de pacto; Jonatán protegió a David de la ira de su padre, y tras su muerte, David cuidó de su familia.

Cuando David pecó y mandó matar al esposo de Betsabé, las Escrituras nos dicen que Dios envió al profeta Natán para hablar con David sobre su pecado. Natán escuchó a Dios y amó a David lo suficiente como para confrontarlo.

Examino mi propia vida y me pregunto: ¿Es Dios mi todo? ¿Tengo amigos que me protegen y me defienden? ¿Son las personas a mi alrededor lo suficientemente valientes para amarme y confrontarme cuando lastimo el corazón de Dios? Al reflexionar sobre la vida de David, creo que esta ecuación es lo que Dios quiere para mí y para ti: Amistad con Dios + Amistad con las personas = Una persona conforme al corazón de Dios.

Próximos pasos

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