Descansar para reabastecerse

Jenna Brooke Carlson, escritora voluntaria, Huntley | 21 de agosto de 2024

 Para el séptimo día, Dios terminó la obra que había estado haciendo; así que en el séptimo día descansó de toda su obra. Entonces Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él descansó de toda la obra creadora que había hecho.
Génesis 2:2-3

Pero el séptimo año la tierra tendrá un año de descanso sabático, un descanso sabático para el Señor. No sembrarán sus campos ni podarán sus viñas. 5 No cosecharán lo que crezca por sí solo ni cosecharán las uvas de sus viñas abandonadas. La tierra tendrá un año de descanso.
Levítico 25:4-6


Me senté en la sala, paralizado en el sofá. El zumbido del aire acondicionado acompañaba mi parloteo mental. Miré a mi alrededor. La televisión. La chimenea. Los juguetes del perro. Todo estaba tan quieto. ¿Por qué mis pensamientos no podían unirse a ellos?

No tendría ninguna oportunidad si hubiera un concurso de descanso. Dime que me relaje, y mi mente se llena de pensamientos sobre todo lo que debería estar haciendo. Hay que guardar la ropa. Hay que aspirar las alfombras. Hay que clasificar el correo. Las tareas del hogar parecen interminables.

Pero Jesús nos llama a descansar de todos modos.

El Dios del Universo, de poder y fuerza infinitos, descansó el séptimo día. Ahora bien, si Dios descansó, nosotros también. Somos humanos, vivimos con cuerpos humanos, pies doloridos y mentes cansadas. Si queremos lograr todo lo que Dios nos ha llamado a hacer, necesitamos tomarnos un tiempo para descansar.

Una de las razones por las que me cuesta tanto descansar es que temo no terminar todo: lavar la ropa, pasar la aspiradora y clasificar el correo. Me digo a mí misma que si descanso, estoy siendo irresponsable. Hay demasiado que hacer. No me lo he ganado.

Pero lo cierto es lo contrario. Descansar es ser responsable. Cuando descansamos y nos cuidamos, cuidamos nuestro templo. Alimentamos nuestro cuerpo y mente para cumplir los planes de Dios para nuestras vidas.

Sigo en proceso de descanso. Intento acostumbrarme a la quietud y la quietud, haciendo una pausa en las exigencias de la vida para recargarme. Dios tiene una gran obra para nosotros en esta vida, pero no podemos llevarla a cabo con las pilas cargadas. Trabajamos y luego descansamos. Este es el ejemplo que Dios nos dio en Génesis y Levítico. Este es el patrón que nos ayudará a ser la versión más saludable y, en definitiva, más productiva de nosotros mismos.

Próximos pasos

  1. ¿Reservas tiempo para descansar? Usa un bolígrafo para anotar el descanso en tu calendario esta semana. Cumple con este compromiso como cualquier otra cita.
  2. Escuchar música de alabanza puede ser una excelente manera de calmar la mente. Dedica un tiempo a escuchar a tu artista favorito esta semana sin hacer nada más. Deja que la música y las palabras te inunden.

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