Pertenencia
Kristyn Berry, escritora voluntaria, Crystal Lake | 19 de septiembre de 2023

A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que producía doce cosechas de fruto cada mes. Y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones.
Apocalipsis 22:2
Las naciones caminarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán su esplendor a ella. Sus puertas no se cerrarán jamás, porque allí no habrá noche.
Apocalipsis 21:24-25
La Clínica Mayo investigó la pertenencia y descubrió que no podemos separar la importancia del sentido de pertenencia de nuestra salud física y mental. Cuando sentimos apoyo y sentido de comunidad, somos más resilientes y, a menudo, afrontamos con mayor eficacia los momentos difíciles de nuestra vida. Afrontar bien las dificultades disminuye los efectos físicos y mentales de estas situaciones, lo que se traduce en una mejor salud general.
Sabiendo esto, parece una coincidencia poco probable que la pertenencia conduzca a una mejor salud y que a lo largo del Nuevo Testamento Jesús nos muestre cómo Dios quiere que vivamos: en comunidad y apoyándonos unos a otros como hermanos y hermanas en Él.
En tercer grado, mi maestra nos asignó a cada uno un proyecto de árbol genealógico. Recuerdo estar sentado a la mesa de la cocina con una gran cartulina blanca, escuchando atentamente a mis padres contar con orgullo historias de cómo mis abuelos llegaron a Estados Unidos. Habían enfrentado dificultades en su país natal y tenían familiares que se habían mudado a Estados Unidos con la promesa de una vida mejor, la cual encontraron. Su familia allanó el camino y, en sentido figurado, abrió la puerta para que mis abuelos dieran este paso transformador años después.
Con el ánimo y el apoyo de su familia, mis abuelos empacaron sus pertenencias, se embarcaron y dejaron atrás la vida que conocían. Mis padres explicaron que mudarse cerca de su familia no solo era reconfortante, sino también beneficioso, ya que se mudaban a una comunidad consolidada de familias que comenzaban de cero, igual que ellos. Dentro de la comunidad, compartían sus cosechas y se ayudaban mutuamente cuando lo necesitaban. A pesar de llegar a un país extranjero, sintieron una inmediata aceptación y pertenencia.
Así como mis abuelos fueron recibidos con los brazos abiertos al llegar a un lugar extranjero, así estaremos en el Cielo. Estos versículos del Apocalipsis crean una hermosa imagen de cómo será el nuevo Cielo. Un lugar donde las puertas siempre estarán abiertas, las naciones estarán unidas y todos los que crean en Él vivirán eternamente. El Cielo será nuestro nuevo hogar, donde solo habrá luz, donde cada una de nuestras necesidades será satisfecha, seremos sanados y estaremos rodeados por el amor eterno de Dios.
Próximos pasos
Medita e imagina caminar junto a Jesús y tus hermanos en el nuevo Cielo descrito en el Apocalipsis. Ora y pide guía sobre cómo puedes contribuir a crear un sentido de pertenencia en tus encuentros con los demás.