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¡Me encanta ver las películas navideñas de Hallmark! Las relaciones no parecen tan complicadas, el entorno es precioso y siempre hay un final feliz, predecible. La Navidad en una familia ensamblada nunca es como la de Hallmark. Tengo seis hijos: tres del matrimonio anterior de mi marido, dos del mío y uno juntos. No creo que nunca los hayamos tenido a todos en casa para Navidad a la vez. Pero no importa. Todos son adultos, excepto el más pequeño, que tiene 16 años. Mis dos hijos viven fuera del estado y los otros tres son locales, así que la mayoría de los eventos y festividades los pasamos con nuestro hijo, las hijas de mi marido, sus maridos y sus pequeños. 

Las tres niñas son diferentes. Y como con cualquier niño, es necesario conocer sus personalidades, gustos y disgustos para poder conectar bien. Los niños quieren y necesitan tu verdadero yo, no un producto de tu imaginación. Intento mostrarles quién soy realmente y que estoy dispuesta a hacer que esta unión familiar funcione para ellos. Todos los niños son una bendición. Dios no ve sangre. Jesús los llamó y reprendió a los discípulos por intentar alejarlos. Nuestra familia ha pasado por momentos difíciles, pero he aprendido que Dios siempre es fiel si confías en él.

Dios tiene una manera de redimir el pasado y obrar en las familias reconstituidas. Nos brinda oportunidades para mostrar el amor de Jesús. El año pasado, mi hijastra mediana sufrió un aborto espontáneo durante la pandemia. Como cualquiera puede imaginar, fue un momento extremadamente difícil para ella y su esposo. Al final, afortunadamente, los unió más, y al superar ese dolor, ella salió como una persona más hermosa y completa. No lo sé con certeza, pero confío en que Dios intervino al usar a su hermana mayor y a su prima para ayudarla en su dolor. Así oraba yo.

La oración. La piedra angular de mi vida en una familia reconstituida. No me sorprende que Dios nos enseñe a orar continuamente en 1 Tesalonicenses. Oración para que nuestras relaciones sean lo mejor posible y oración por mi propia actitud y mi corazón. La menor de las tres hijas de mi esposo vivió con nosotros hace un par de años. Fue un reto. Estoy agradecida por mis amigos que oraron conmigo y por mí. Dios tiene una manera de obrar en nosotros cuando oramos por los demás.

Los pequeños son la parte más fácil de una familia ensamblada. Creo que los hijos de las hijastras/nuestros nietos son una especie de puente entre padrastros e hijastros. Los niños pequeños son adorables, inocentes y fáciles de querer. Es especialmente divertido tenerlos cerca durante las fiestas. Me encanta ver sus sonrisas cuando les damos un regalo que realmente los hace felices. 

Los regalos para los hijos adultos también pueden ser divertidos. Un año, les regalé pijamas iguales a todos. El año en que los Chicago Cubs ganaron la Serie Mundial, todos recibieron una camiseta de los Cubs. Pero también hay años en que el tiempo y las pandemias dan lugar a tarjetas de regalo cuidadosamente seleccionadas.

Una de mis actividades favoritas con los niños en Navidad es jugar juegos familiares. He oído que reír juntos une a la gente, así que intento incorporar diversión en las reuniones navideñas. Jugamos al Juego del Reno, en el que la familia se dividía en dos equipos. Los adultos inflaban globos y los metían en las piernas de las medias. Una vez que ambas piernas estaban llenas, los nietos más pequeños se convertían en renos y lucían sus nuevas astas. Fue divertidísimo. 

Para otro juego, puse una cantidad variable de cascabeles en cajas de camisas. Cada persona tenía que agitar la caja y luego apilarlas según la cantidad de cascabeles que creía que había en cada una. También jugamos a juegos en los que escondo cosas para que los pequeños las encuentren. Las actividades divertidas hacen que el tiempo juntos sea más divertido. Espero que me consideren una abuela divertida.

Lo más importante de vivir en una familia reconstituida es mantener el corazón abierto. No siempre es fácil. Llegué a esta relación con mi propio bagaje que desempacar. Pero lo mejor es tener a Dios como aliado. Él nunca nos dejará ni nos abandonará. Es una promesa.

Leer a continuación: Mamás en Navidad: Cómo resistir las expectativas de perfección, evitar el agotamiento y mantenerse conectadas.

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