El arte perdido de la gratitud.

Haley Bodine | 14 de noviembre de 2022


Me encanta esta época del año. Las hojas han adquirido hermosos tonos rojos, amarillos, naranjas y morados. El aroma a canela y clavo impregna el aire. En unas semanas, muchos nos detendremos para reflexionar con familiares y amigos sobre todo aquello por lo que estamos agradecidos.

Hace poco tuve uno de esos momentos extraordinarios que ocurren en medio de las cosas más mundanas de la vida. Estaba pagando en el supermercado. El empacador era un señor mayor, probablemente de unos setenta y tantos. Estaba cabizbajo, observando el trabajo que hacía para mí, y su expresión era neutra. No estaba triste, pero tampoco alegre. Logré cruzar miradas y le di las gracias por ayudarme.

El mundo se detuvo. Lo tomó visiblemente desprevenido. Por un instante, una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro. Era como si nadie le hubiera agradecido jamás el servicio prestado. 

Me miró y sus ojos brillaron con una sonrisa. Al terminar de ayudarme, entabló una conversación amistosa. Se convirtió en algo más que un empacador; era otro ser humano con una historia propia. Se volvió cuatridimensional, y nuestros mundos se cruzaron de una forma inusual en el mundo tecnológico en el que vivimos hoy.

Me sorprendió el poder de un momento tan cotidiano. Parece que algo tan pequeño como decir gracias es intrascendente. Pero expresar gratitud tiene una capacidad trascendental para impactar el panorama social que nos rodea. La gratitud nos transforma. La gratitud transforma el mundo.

Aquí hay dos maneras de dar gracias en tus encuentros cotidianos con los demás: 

1. Sea pausado y sincero

Practica hacer una pausa, detenerte en seco, mirar a la gente a los ojos y decir: "Muchas gracias", y dilo en serio. Ese momento de sinceridad sin prisas tiene un significado que cataliza la transformación. 

2. Sea específico 

En lugar de simplemente agradecer, dale vida a la otra persona diciéndole cómo su amabilidad te impactó. Sé específico.

Me encanta la palabra "animar". Literalmente significa "llenar de valor". Tenemos el gran privilegio y la oportunidad de hablar del potencial de quienes nos rodean. Ser específicos en nuestra gratitud es alentador. Empodera a otros a ser valientes en sus servicios, a reconocer su valor y a vivirlo con frecuencia. Animar a otros con nuestra gratitud demuestra que vemos el valor. La gratitud dice: "Quién eres y lo que haces importa".

Hoy tienes la oportunidad de influir en la vida de quienes te rodean. Así que dale las gracias a tu barista por preparar tu latte con especias de calabaza. Dile a tu camarero que es realmente bueno en lo que hace. Dile al representante de atención al cliente por teléfono que se tome su tiempo y gracias por su esfuerzo para resolver el problema. 

En el mundo, muchos de nosotros pronunciamos rápidamente palabras que nos desgarran, palabras que nos menosprecian, calumnian, degradan y cosas peores. Pero, queridos amigos, podemos elegir un camino diferente. Podemos elegir un camino que nos traiga más de la bondad y el Reino de Jesús aquí y ahora. Expresen gratitud. Expresen valentía. Y cambien su mundo.

[addtoany-custom btntext="Comparte esta publicación"] Volver al blog