Dios diseñó la familia para que fuera nuestra red de contención, comunidad y refugio. Pero la familia no es universal, y las relaciones y dinámicas pueden ser complicadas. Y aunque pueda ser tentador pensar que los problemas familiares no existen en la Biblia, lo cierto es que a lo largo de las Escrituras vemos diferentes tensiones familiares que pueden ayudarnos a gestionar nuestras propias relaciones.