¿Recuerdas hojear revistas o ver anuncios (o anuncios digitales) de algo que querías pero tenías que ahorrar? La satisfacción de ahorrar para finalmente poder comprarlo hizo que la compra fuera mucho más dulce. Ahora bien, ¿cuánta mayor satisfacción podemos experimentar cuando damos desde una posición de sacrificio, en lugar de abundancia, para el Reino de Dios? Ya sea que pienses que tienes mucho o poco, puedes experimentar una profunda alegría al dar con sacrificio por el bien de los demás.