Existen conflictos reales e importantes que ocurren constantemente en todo el mundo. Quizás te sientas estancado, sin saber cómo ayudar, o incluso lo evites por completo. Cuando reconocemos la realidad de los conflictos, buscamos la guía de Dios con oración y damos un paso adelante, podemos, juntos, hacer de nuestro mundo un lugar mejor.