10 de octubre de 2021 | Dave Dummitt, Fabian Garza
Muchas veces la pereza nos lleva a conformarnos con lo más fácil, pero la fe nos llama al coraje y a la diligencia para que podamos dejar la pereza de lado y entrar en lo que más importa.
Hay maldad en este mundo, pero la mayoría de las veces, lo más peligroso son los monstruos que habitan en nuestro interior. Estos monstruos nos llevan a convertirnos en las versiones más oscuras de nosotros mismos, y muchas veces nos sentimos aislados como para librar estas batallas solos. Pero no estamos solos. Aunque el mal intente robarnos, Jesús ya lo ha vencido. En lugar de caer víctimas de la pereza, la lujuria, la gula, la ira, la envidia, el orgullo y la avaricia, invoquemos el nombre de Jesús y revistámonos de diligencia, pureza, dominio propio, reconciliación, plenitud, humildad y generosidad. Cuando permitimos la entrada de Jesús, los monstruos no tienen dónde esconderse.