Los grandes problemas requieren grandes oraciones. Dios obra a través de las oraciones de su pueblo, especialmente cuando estas se basan en sus promesas. Cuando oramos, Dios puede hacer más de lo que jamás podríamos pedir, pensar o imaginar.
El libro de Josué narra la historia de un líder que asumió el manto de una leyenda (Moisés), un hombre que vio la tierra prometida con sus propios ojos y atestiguó que las promesas de Dios eran reales y esperaban que el pueblo las tomara posesión. Las promesas eran reales, pero el pueblo exigiría obediencia, valentía, determinación y una fe tenaz.