Nuestro mundo ha experimentado crisis tras crisis, y a veces, las necesidades que nos rodean pueden ser abrumadoras. ¿Qué pasaría si nos obsesionáramos con ver cómo esas necesidades cambian, con un acto de bondad, amor y generosidad a la vez? Los niños tendrían hogares, los matrimonios se restaurarían, las familias tendrían alimento, la soledad y la depresión disminuirían, las deudas se eliminarían, se encontraría justicia y las vidas se transformarían en el nombre y el poder de Jesús.