Mientras estuvo en Atenas, Pablo compartió el Evangelio en una ciudad llena de ídolos e intelectuales, recordándonos que no necesitamos todas las respuestas, ¡sólo el valor de hablar cuando Dios llama! Su ejemplo nos desafía a dar un paso adelante en la fe, confiando en que Dios actúe a través de nosotros en cada conversación.