Cuenta una mejor historia
Lindsey Zarob, Gerente de Contenido, Central Weekends | 29 de agosto de 2025

Ya que hemos sido justificados por su sangre, ¡cuánto más seremos salvos de la ira de Dios por medio de él! Porque si siendo enemigos de Dios fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, ¡cuánto más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.
Romanos 5:9-11
Para esta serie, estamos haciendo algo muy divertido con nuestros devocionales. Mientras damos la bienvenida a algunos de nuestros pastores y maestros favoritos de años pasados los domingos por la mañana, ¡vamos a dar la bienvenida a los devocionales de los últimos años! Esperamos que disfruten de estas publicaciones que generaron una respuesta tan emotiva cuando llegaron a su bandeja de entrada y a la aplicación Willow..
Si alguien te cierra el paso en el tráfico, ¿cuál es tu reacción habitual? Si tienes hijos y has tenido que esperar en la temida fila para recogerlos del colegio, solo para que un padre se abalance sobre la larga fila de coches de la calle para recoger a su hijo, ¿cómo te sientes? Cuando pasas por el control de seguridad del aeropuerto y el tipo que va delante de ti no para de pasar por el detector de metales —primero por su reloj, luego por su cinturón, luego por los objetos que lleva en los bolsillos—, ¿sientes que la frustración sale a la superficie rápidamente?
Podría nombrar un sinfín de situaciones de nuestra vida diaria que nos ponen a prueba. Pero me entiendes. ¿Qué hacemos en estas situaciones? En los buenos días, las dejamos ir. En los mediocres, pueden llevarnos aún más al camino de la ira. En los días que ya llevamos un tiempo en ese camino, estas son precisamente las situaciones que pueden llevarnos a una ira injustificada, ¿verdad?
Es entonces cuando necesitamos una perspectiva celestial. Necesitamos recordar que una vez fuimos enemigos de Dios, y que solo mediante la muerte de nuestro perfecto Salvador hemos sido invitados a la hermosa historia de Dios. Es una historia de amor, redención, reconciliación, cuidado y esperanza. Mientras aún éramos pecadores, cuando no merecíamos más que la muerte, Él hizo el sacrificio máximo para que estuviéramos con Él, y no solo por la eternidad, sino en el presente. Él ha escrito una historia mejor para nosotros.
Así que quizás nuestra respuesta a esos escenarios irritantes y frustrantes sea participar en contar una historia mejor. Si Dios nos ha dado una nueva, quizás nuestra respuesta sea hacer lo mismo.
Cuando el coche te cierra el paso en el tráfico, intenta decirte que quizás van con prisa porque la gestión del tiempo es un verdadero problema y ahora su trabajo está en juego. Cuando el padre se cuela en la fila de la escuela, intenta decirte que quizás es una madre que trabaja fuera de casa y que tiene que buscar a sus hijos entre reuniones que no puede controlar. Quizás el chico en el aeropuerto está intentando reconciliarse con un hijo adulto al que no ha visto en años, y esta es su primera vez volando: un esfuerzo monumental.
Próximos pasos
Contar una mejor historia humaniza a quienes nos ofenden y nos ayuda a cultivar la empatía, un componente fundamental para una pacificación eficaz. Esta semana, presta mucha atención a cómo te sientes cuando (inevitablemente) alguien te ofende y practica contar una mejor historia. Anota mentalmente, o mejor aún, escríbelo, cómo te sentiste al hacerlo. Quizás esto se convierta en un nuevo hábito.