Tan fiel como un socorrista

Dan Lovaglia, pastor del campamento, Camp Paradise | 29 de julio de 2025

Y ahora, impulsado por el Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber qué me sucederá allí. Solo sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me advierte que me esperan prisiones y dificultades. Sin embargo, considero que mi vida no vale nada para mí mismo; mi único objetivo es terminar la carrera y cumplir la tarea que el Señor Jesús me ha encomendado: la tarea de dar testimonio de la buena noticia de la gracia de Dios.

Ahora sé que ninguno de ustedes, entre quienes he andado predicando el reino, volverá a verme.
Hechos 20:22-25


Nunca olvidaré despertar con la sirena de una ambulancia resonando por el centro de Chicago. Es común cuando vives en la ciudad, pero esta vez no era otra persona la que rescataban. Era yo. Cuando estaba en el último año de la universidad bíblica, sufrí mi primera convulsión mientras caminaba del trabajo al tren de la Línea Roja. Si no hubiera sido por un desconocido que llamó al 911 y los paramédicos que vinieron a ayudarme, quizás no estarías leyendo esto hoy.

¿Te imaginas nuestro mundo sin personal de primera respuesta? Policías, bomberos, paramédicos y técnicos de emergencias médicas intervienen voluntariamente en situaciones de emergencia. Brindan atención crítica y vital con fidelidad, cueste lo que cueste. Lo que me sorprende es que deciden intervenir mucho antes de que suene la línea de emergencias. No saben qué peligros les esperan, pero eso no les impide intervenir por tu bien y el mío.

El apóstol Pablo tenía la fe de un socorrista. Siguió al Espíritu Santo en circunstancias impredecibles y desafiantes para que la gente pudiera recibir la Buena Nueva de la gracia de Dios. Nada lo detendría, incluso si terminara en la cárcel o algo peor por su fe en Cristo. Sabía de primera mano que el camino espiritual podía ser agotador; sin embargo, como un socorrista, las posibles dificultades nunca lo disuadieron de su misión. Al igual que Jesús, Pablo experimentó sufrimiento, pero valió totalmente la pena.

Me pregunto si tú y yo alguna vez seremos conocidos por ser tan fieles como un socorrista. Es decir, ¿qué decisiones podemos tomar ahora para prepararnos para cualquier dificultad que Dios nos impida afrontar? Siguiendo el ejemplo de Pablo, ¿cómo podemos preparar nuestro corazón para mostrar el amor de Dios a las personas en momentos difíciles? No sé qué desafíos nos puedan surgir, pero oro para que tú y yo nos acerquemos un paso más a ser tan fieles como un socorrista cada día.

Próximos pasos

¿Cuándo has perseverado al cuidar a alguien cuando era difícil? ¿Cómo te preparó Dios para ser fiel en esa situación? Si nunca has pasado por esto, ¿qué admiras de los socorristas y cómo podría seguir a Jesús ayudarte a ser más como ellos? Considera conversar sobre estas preguntas con un amigo de confianza o en tu grupo pequeño.