Disposición inesperada
Colton Curry, Director de Alianzas y Desarrollo, Compassion and Justice | 22 de abril de 2024

Ahora bien, quien da semilla al sembrador y pan para alimentarse también proveerá y aumentará vuestra reserva de semilla y aumentará la cosecha de vuestra justicia. Seréis enriquecidos en todo sentido para que podáis ser generosos en todo momento, y por medio de nosotros vuestra generosidad resultará en acción de gracias a Dios.
2 Corintios 9:10-11
El pasado mayo, tuve la increíble oportunidad de visitar a nuestros socios en Malawi y ver todo lo que Dios está haciendo allí. Quedé maravillado. La necesidad era inmensa, con mucha gente viviendo con menos de 27 centavos al día, pero la iglesia está respondiendo con creces mediante una comprensión y práctica integral del Evangelio. Hay muchas historias que contar, pero una destaca como un ejemplo increíble de cómo Dios nos provee de maneras cotidianas y milagrosas.
En las empobrecidas afueras de Lilongwe, Malawi, existe una iglesia relativamente pequeña que identifica y satisface las necesidades tangibles de la comunidad. En aquel entonces, alimentaban a la gente, enseñaban a los niños y empoderaban a las mujeres, pero se toparon con problemas de capacidad. El edificio de la iglesia necesitaba una ampliación para facilitar las clases y atender al creciente número de personas que se convertían a la fe en la comunidad gracias a su labor de compasión y justicia. Sin embargo, tenían un problema: no contaban con el dinero para financiar la ampliación.
Un día, durante un servicio, el pastor preguntó a la congregación desde el frente: "¿Quién puede comprar un panel para techo?". Familia tras familia, comenzaron a levantar la mano; suficientes para cubrir todo el techo. Al desglosar cada una de las necesidades del proyecto, descubrieron que la congregación ya contaba con todos los recursos y la experiencia necesarios para llevar a cabo la expansión. ¡Incluso contaban con un ladrillero en su iglesia que usaba su propia tierra para mezclarla con agua y fabricar sus propios ladrillos!
Esta iglesia me enseñó que, sin importar los problemas que enfrentemos, Dios siempre está obrando, brindándonos los recursos que necesitamos para afrontarlos. Cuando ofrecemos nuestras habilidades, experiencia, tiempo y recursos a la obra de la iglesia en todo el mundo, nos convertimos en parte de la provisión de Dios para los demás. Construimos esperanza juntos.
Próximos pasos
Piensa y reflexiona sobre tu vida. ¿Cómo te ha ayudado Dios en situaciones difíciles? ¿De dónde provino esa ayuda?
¿Cómo puedes contribuir a la provisión de Dios para otros durante el Día de la Madre este año? Si aún no te has inscrito para el empaque de semillas, puedes hacerlo aquí . También puedes donar a la labor de nuestros Socios Globales aquí .