El rostro resplandeciente de Dios
Sherri Shackel-Dorren, escritora voluntaria, Wheaton | 8 de marzo de 2024

“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y te muestre su misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y te conceda paz.”
Nehemías 6:24-26
Porque si siendo enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, ¡cuánto más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida!
Romanos 5:10
“…el gozo del Señor es vuestra fuerza.”
Nehemías 8:10
Era un día soleado en el Loop. Había tomado el tren para encontrarme con una amiga del instituto para almorzar. Hacía muchísimo tiempo que no nos veíamos. Estaba a media manzana de distancia cuando nuestras miradas se cruzaron. Incluso antes de poder saludarnos, esbozamos una sonrisa incontenible. La experiencia de ver a una querida amiga nos hizo mantener la mirada y la sonrisa hasta que nos encontramos. Según los neurocientíficos, este tipo de encuentro alegre, cara a cara, evoca una sonrisa en cuarenta milisegundos, liberando dopamina, la cual produce placer, en nuestro cerebro. Esto perpetúa nuestra sonrisa alegre y los ciclos de liberación de dopamina.
Entonces, ¿no es interesante que la bendición de Dios para los israelitas fuera que su rostro brillara sobre ellos? En el antiguo Medio Oriente, esta frase implicaba alguien que irradiaba alegría y felicidad. Hoy, podríamos decir que alguien está tan feliz que irradia alegría. Estar cara a cara describe una relación personal, una relación cercana. Para el pueblo de Dios, su sonrisa sobre ellos era la mayor bendición imaginable, y con ella venía la alegría.
¿Cómo sería para ti despertar cada mañana sabiendo que Dios te sonreía? ¿Cuán fortalecido te sentirías al saber que el Creador del universo entero estaba ansioso por vivir contigo? ¿Te parece demasiado descabellado o incluso imposible? Si te resulta difícil creer que Dios realmente te ama y se deleita en ti, recuerda que en realidad no se trata de ti. El amor de Dios se trata de Él. Él no puede evitarlo. Te creó para su deleite. En su libro How to Grow Joy (Cómo cultivar la alegría) , Marcus Warner escribe: "El tipo de alegría interior que te sostiene en los momentos difíciles requiere un Dios que 'se alegra de verte'". No solo eso, sino que Dios está diciendo esencialmente lo mismo. Abre tu imaginación a su mirada amorosa. Pídele al Espíritu Santo que te ayude. Disfruta y descansa mientras el rostro de Dios brilla sobre ti.
Próximos pasos
- Dedica tiempo a buscar versículos bíblicos que describan el rostro del Señor brillando sobre su pueblo. Luego, en oración, imagina que Dios te sonríe. Siéntate en la quietud de su mirada amorosa. Escucha su voz. Haz de esto una práctica frecuente.
- ¿Hay alguien que te guste? Pasa tiempo con esa persona. Pídele a Dios que ilumine su rostro a través de ti para darle alegría.
- Intenta despertar cada mañana con un Dios feliz de verte. Comprométete a orar diariamente para que el Señor te dé su alegría y te fortalezca.