Sube a bordo

Verónica Burlock, Pastora de Adoración, Wheaton | 16 de enero de 2024

Y el asna le dijo a Balaam: «¿No soy yo tu asna, sobre la que has montado toda tu vida hasta hoy? ¿Acaso suelo tratarte así?». Y él respondió: «No». Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel del Señor de pie en el camino, con la espada desenvainada en la mano. Y se inclinó y cayó rostro en tierra. Y el ángel del Señor le dijo: «¿Por qué has golpeado a tu asna estas tres veces? He aquí, he salido a oponerte, porque tu camino es perverso ante mí. El asna me vio y se desvió ante mí estas tres veces; si no se hubiera desviado de mí, seguramente ahora mismo te habría matado y la habría dejado con vida».
Números 22:30-33


Esta historia tiene mucho que ofrecer, ¡incluyendo un burro parlante! Sí, leíste bien, un burro parlante. Balaam fue presionado por el rey para que fuera y maldijera a los israelitas. El único problema era que los israelitas eran el pueblo elegido de Dios, un pueblo bendecido (Génesis 12), y Dios le prohibió a Balaam maldecirlos. Así que Balaam accedió a reunirse con el rey, pero solo para decir las palabras que Dios puso en su boca (Números 22:38). Balaam no tenía las mejores intenciones, aunque dijo lo que Dios le ordenó. De camino al rey, Dios se reveló al burro de Balaam, le llenó la boca de palabras, ¡y habló!

Cuando Dios revela su voluntad, lo mejor es aceptarla. Es por su bondad y amor que nos permite participar de su plan. Es un don que nos use, porque en realidad no nos necesita para cumplirla. Aunque lo que revela no te parezca lógico en ese momento, simplemente acepta. Aunque no te guste lo que te revela, acepta. Aunque no te parezca lógico, acepta. 

Súbete a bordo porque Él te conoce mejor que tú mismo (Salmos 139). Él sabe para qué fuiste creado porque Él es Elohim, el Creador Todopoderoso, y Él te creó. 

Recuerdo otra historia de la Biblia. Cuando Dios le reveló su plan a José, él era adolescente, y aun así, a tan temprana edad, José se sumó al plan de Dios. Le tomó unos 15 años vivir lo que Dios le había revelado en su adolescencia, y enfrentó momentos terriblemente difíciles durante esos años de poda y espera, pero se aferró a lo que Dios le había revelado. Súmate porque no quieres perder la oportunidad de ser usado para la gloria de Dios.

Próximos pasos

¿Hay algo que Dios te pide que abandones? Quizás sea una oportunidad laboral o quizás un sueño. Dedica tiempo a orar y a pedirle a Dios que te dé la valentía para seguir el plan que tiene para ti, aunque parezca difícil.