La hoja de ruta hacia la vida
Kristyn Berry, escritora voluntaria, Campus Crystal Lake | 11 de diciembre de 2023

Cuando se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en sueños. «Levántate —le dijo—, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
Entonces se levantó, tomó al niño y a su madre durante la noche y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Y así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».
Mateo 2:13-15
Normalmente no recuerdo mis sueños. Casi todas las mañanas me despierto preguntándome si soñé algo. Excepto por uno que tuve hace unos años. Tuve un sueño que no solo recordaba, sino que lo sentí diferente. Lo sentí significativo e importante.
En el sueño, estaba con un grupo de personas caminando por el bosque. Teníamos un guía turístico y mi hermana estaba conmigo. Yo era el furgón de cola del grupo y hacía todo lo posible por seguir el ritmo mientras admiraba las vistas y recorría el camino de tierra, con miedo de tropezar; al parecer, incluso en sueños soy consciente de mi torpeza. De repente, resbalé en una gravilla y caí en una cueva oscura donde podía oír leones rugiendo debajo de mí en la oscuridad. Mi hermana intentó ayudarme, pero resbaló y me siguió hacia la oscuridad. Al caer, recuerdo sentirme en paz total, sabiendo que Dios me protegería. Me desperté confundida y me pregunté qué significaba un sueño así. ¿Caer en la oscura guarida de un león? Todo en mi vida iba bien. De hecho, nunca había estado mejor. Estaba navegando por la calle fácil y disfrutando cada minuto.
Unos meses después, tuve la respuesta. Mi familia experimentó un acontecimiento importante en la vida y entramos en una época muy difícil. El camino fácil tuvo un desvío inesperado y nos llevó por un camino accidentado y casi intransitable. El significado del sueño se me hizo muy claro. Comprendí que ese sueño era la manera en que Dios me mostraba que Él me había precedido. Quería que estuviera en paz, aunque sabía de lo que eran capaces los leones, porque Él estaba resolviendo el problema. Y lo resolvió.
¿Cómo podemos escuchar mejor a Dios y planificar los desvíos que nos aguardan? La respuesta es sencilla: estar quietos y escuchar la guía de Dios. Muchas veces en la vida, solo quiero saber qué me espera. Quiero que Dios me dé un mapa con indicaciones muy claras e instrucciones paso a paso. Me preocupa no escuchar su guía o tomar el camino equivocado. Y en momentos como estos, recuerdo que Dios no nos da el mapa, sino el siguiente paso. Dios es nuestro Padre amoroso, nunca nos desviará del camino y nos encontrará donde estemos para captar nuestra atención de la mejor manera.
Próximos pasos
Oremos para que Dios nos revele las áreas de nuestro corazón donde tenemos dificultades para escuchar Su guía y para que podamos dar el siguiente giro en el camino de nuestra vida.