Una noche difícil para dormir

Nancy Hatcher, escritora voluntaria, South Barrington | 13 de septiembre de 2023

Considero que nuestros sufrimientos actuales no son comparables con la gloria que se revelará en nosotros. Porque la creación aguarda con anhelo la revelación de los hijos de Dios. Pues la creación fue sometida a frustración, no por su propia voluntad, sino por la voluntad de aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma será liberada de la esclavitud de la corrupción y llevada a la libertad y gloria de los hijos de Dios.

Sabemos que toda la creación gime con dolores de parto hasta el presente.
Y no solo ella, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando con ansias la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. Romanos 8:18-23


Una noche reciente, estaba tumbada en la cama, mirando fijamente la oscuridad. Mi mente se desvió hacia otra noche difícil para dormir. Faltaban dos semanas para la boda de mi hija, y desde una cama de hospital, vi al enfermero tomarme la presión; murmuraba sobre lo alta que estaba y cuánto deseaba que bajara. Me preocupaba que un infarto me hiciera perderme la boda de mi hija. No tenía dolor, pero gemí por dentro hasta que amaneció y me di cuenta de que estaba viva.

Pablo enseña en Romanos que toda la creación gime como gimen las mujeres al dar a luz (quienes han dado a luz lo entienden). Hoy leí las noticias sobre la terrible devastación en Hawái: la gente y esta extraordinaria isla están sumidas en el dolor y el sufrimiento. 

Oh Señor, ¿cuándo terminará el sufrimiento?

La Biblia nos dice que sí. No sabemos el día ni la hora en que Jesús volverá, así como tampoco sabemos el día ni la hora en que nos encontraremos con él al final de nuestra vida.

Pero sí tenemos promesas de la Biblia. Después de convertirnos en cristianos, Dios nos da el Espíritu Santo, quien nos ayuda e incluso habla con Dios por nosotros cuando nos faltan las palabras. Nos asegura que somos hijos adoptivos y que un día estaremos sentados en el Cielo junto al mismísimo Jesús. 

Pablo usa esta palabra, " apokaradokia ", que significa "esperar con ansias lo que viene después", como el Cielo y las señales del regreso de Jesús. Nuestras lágrimas nocturnas se convertirán en alegría cuando Jesús nos abrace. E imaginemos por un momento que ni siquiera recordaremos la palabra "sufrir".

Pablo termina este capítulo con esta increíble verdad a la que podemos aferrarnos durante toda nuestra vida si profesamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.

Ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos separará del amor de Dios que es en Jesucristo, nuestro Señor. Romanos 8:39

Próximos pasos 

Han pasado catorce años desde mi noche en el hospital. Me bajó la presión y pude asistir a la boda, pero nuestro dolor no siempre se convierte en alegría. Sé que muchos de ustedes están sufriendo mientras escribo esto. En este preciso momento, estoy orando por ustedes y esperando que sepan cuánto los ama nuestro gran Dios hoy y siempre. Pueden disfrutar adorando con esta canción de Mercy Me, Even If .